Escribo estas palabras desde la capital de la Patagonia norte argentina, Bariloche, en un verano (invierno en Europa) sinceramente húmedo y caluroso. Este calor y haber leído el anterior post de Pau Forner en www.notodoesindie.com sobre 20 años de Brit Pop me han inspirado especialmente para escribir este texto sobre estos niños malos de Manchester.
Aquel verano del 93 fue especialmente caluroso. Los días en Palma eran largos y húmedos, las bandas callejeras adolescentes de mi barrio de clase media me buscaban por las calles para darme de lo lindo, y no sin razón, era el único de mi pandilla al que no habían pegado todavía una paliza y éstos, violentos de naturaleza animal, probablemente porque sus padres hacían lo mismo con ellos, no tenían otra forma de divertirse.
Falto de un hermano o primo mayor (como ya he comentado en otros relatos) carecía de una fuente que me diera de beber de nuevas aguas musicales, otras que no fueran los cassettes comprados en el elitista “Circulo de Lectores” o los músicos “mainstream” que aparecían repetidos hasta la saciedad en el televisivo programa “Tuttifrutti” (si, ese de es tutifruti una plaza genial… con las mama chicho) o el sobrecargante VIP noche, VIP parejas, VIP niños, VIP suputamadre (con las no menos excitantes y exóticas Cacao Maravillao), es decir Emilio Aragón, Xuxa, Sopa de Caracol, Azúcar Moreno, Sergio Dalma…
Como decía la revista TIPO no había llegado todavía a mi barrio y no había tienda de discos.
Había terminado, menos mal, el programa “La 5ta marcha” con aquella jovencísima Penelope Cruz y el todavía hetero Jesús Vázquez que daban por las tardes… y por las mañanas había empezado un nuevo programa cuyo nombre no recuerdo dedicado únicamente a videos musicales… ohhh! No podía separarme de esa caja tonta marca ELBE con la boca abierta viendo y escuchando aquellos maravillosos momentos visuales musicales que mataban esas mañanas muertas en las que no tenía que ir a repaso de Matemáticas.
Allí estaban, aparecieron sin más, en un videoclip en blanco y negro, presentando su primer disco “Definitely Maybe”, que vendió más de 8 millones de copias, y con un pegadizo single, llamado “Live Forever”. Lo repetían todas las mañanas, y yo, con mi bocadillo de Nocilla, lo esperaba ansiosamente, no podía parar de mirar el entrecejo de Liam Gallagher y su completa cara de neutralidad, como si aquello no fuera con él, con la boca extremadamente abierta y con las manos en los bolsillos. El nivel de inglés de nuestro colegio era inferior a malo, por lo que, sinceramente, no entendía lo que significaban esas palabras que cantaba esta nueva banda, pero esos ritmos, esa voz y ese pasotismo tan generacional de aquella época (empezaba la generación K) me enganchó a esos jovencitos británicos.
Gracias a ellos situé en el mapa a la ciudad de Manchester (y muchos años después lo que suponía para la historia de la música el sonido Manchester con Joy Division, New Order, The Smiths, Happy Mondays…).
Siempre me desagradó el amarillismo y sensacionalismo de la prensa británica, que hace más estúpida, aún si cabe, a gran parte de su sociedad, que no sabe si Mallorca está en las Canarias, o en las islas griegas o en el Caribe, por poner tan solo uno de muchos ejemplos que podría poner, pero sí que pone en la punta de su conocimiento quien fue la última novia de Robbie Williams o qué vestido llevaba en la gala de los Emmys Kate Perry… Ah… lo que quería decir…, me importaban un comino las peleas entre los hermanos Gallagher, sus interminables borracheras y sus posteriores infinitas resacas, sus chicas, sus comentarios subidos de tono, su super ego de artista, su Me, I & Myself, que si tal, que si lo otro, que si Noel gana más dinero porque toca y compone las canciones y Liam solo canta… apesta. Una técnica más del entertaiment business marketing para estar en la cresta de la ola.
Corría ya el año 96, la Eurocopa de fútbol se jugaba en Inglaterra, y su selección, y por supuesto, la nuestra, harían nuevamente el ridículo. Un soberbio y pegadizo “Wonderwall” de su segundo álbum “What’s the story morning glory?” demostraría lo increíbles y universales que llegarían a ser, con 26 millones de copias vendidas, abanderando junto a Blur, Suede o Pulp aquel movimiento que surgió llamado Britpop que muchos de nosotros tan bien recordaremos.
Robbie Williams y Damon Albarn, líder de Blur, entrarían también a trapo en discusiones de carácter filosófico con Liam Gallagher, ya que a su vez, la prensa ya se había ocupado de realizar odiosas comparaciones entre ellos al estilo “Beatles” y “Rolling Stones”. Comparando a su vez a la banda de Manchester con la épica banda de Liverpool, por hablar de algo, oiga.
Al final, aprendí inglés, me costó algo, sí, habíamos hecho llorar en multitud de ocasiones a la profesora de ingles del Instituto (la cual nunca había estudiado ni residido en Reino Unido ni USA), pero habíamos aprendido algo del idioma anglosajón…
Para entonces habían sacado su tercer álbum “Be here now” (1997) cuyo single inicial “D’ you know what I mean?” siguió gustándome, aunque sinceramente si buscáis el videoclip en YouTube os va a costar, y su otro sencillo «Stand by me», que aunque de pegadiza melodía llegaba a dormir a la ama de casa más dicharachera.
Traduciendo las letras, me di cuenta de la sencillez de las mismas, de lo mucho que se repetían, de lo poco que realmente decían y lo muy abstractas que llegaban a ser… a veces rozando el dadaísmo lírico musical. Era lo mismo de siempre, la misma fórmula nuevamente en el mercado, ¿Es que nadie se daba cuenta?
Al final el tiempo pone a cada uno en su sitio… ni “Standing on the Shoulder of Giants” (1999) ni “Heathen Chemistry”(2004), “Don’t Believe the Truth” (2005) ni su ultimo disco “Dig Out Your Soul” (2009) nunca estuvieron a la altura de lo gigantescos que fueron en sus inicios, … A mi gusto, no sé el de ustedes, les sobraron 4 álbumes, y habrían sido semirreyes.
¿Será la fama, será el alcohol, las drogas, las mujeres, el clima y la alimentación británicos…? Será que a los indies nos gusta levantar a nuevos ídolos desde el anonimato, y cuando llegan a la cima, los enterramos vivos y los borramos de nuestra lista del iPod porque ya no son tan independientes, exclusivos y ya no transmiten tanto como en sus principios…?
Demasiado tarde para separarse, (llevaban tantos años peleándose con su ego) y fundar otro grupo “Beady Eye” del que no puedo hablar, porque ni lo he escuchado ni, sinceramente, me apetece invertir tiempo en él.
Los OASIS, en definitiva, fueron muy GRANDES. Sí, les nombro en negrita y letras mayúsculas, porque forman parte de los grandes grupos que ha dado Reino Unido a la Historia de la música. Os pueden gustar o no, podéis haberlos amado y posteriormente odiado, como yo he hecho, pero nadie les puede quitar un trocito de trono que se merecen en los altares de ese movimiento que todos los indies todavía amamos llamado BritPop. Pero al fin y al cabo lamento que no hubieran sabido evolucionar en su música y sus letras, pensando que la fórmula de la Coca-Cola es infinita.
Otras bandas como U2 o Blur lo vieron claro y experimentaron con otros estilos musicales en algunos de sus discos en los 90′ (con diferentes resultados) y Damon Albarn se supo distanciar de Blur para crear sus proyectos paralelos, su disco “Mali Music” (2002) donde combina música electrónica con folclórica maliense, diferentes colaboraciones en solitario o los increíbles “Gorillaz”. Hasta puede permitirse volver con “Blur” y seguir llenando estadios… un completo genio.
¿Y donde están los hermanos Gallagher?…
¿Quiénes?
¿Los hermanos Gallagher?
No sé de quien me hablas.
¿Los hermanos Gallagher?
Ah sí! Un momento. Ya les recuerdo.
Los Hermanos Gallagher son unos GILIPOLLAS.
[…] el premio gordo de la fama y la gloria se la llevaron sobre todo cuatro grupos: Suede, Oasis –a los que también les dedicamos especial-, Blur y Pulp. Alrededor de estos la lista de bandas es enorme, la suma de todos ellos hacía que […]
[…] tenía pelo en aquella época, y con un peinado al estilo Gallagher (ya conocéis mi amor odio por ellos) y con la cara llena de acné que me duraría años, hacía caso omiso a todos esos […]