Cultura musical para indios y salmones

KURT COBAIN: ¿QUÉ HACÍAS TÚ EL DÍA DE SU MUERTE?

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kurt gun

Martes, 5 de Abril de 1994. Fue un día oscuro, lluvioso y húmedo, digno de Seattle, capital del Grunge; me encontraba en Palma de Mallorca, no en la lejana capital de Washington, la del Océano Pacífico, no la del Capitolio. En Palma, se repetía uno de esos días tan terribles que había en aquellos típicos abriles de los 90, y que había sucedido y sucedería a un montón de otros abriles horrorosos. Nuevamente repito y os comento, que el instituto en la década de los noventa fue muy duro para mí. El curso 93/94 no fue menos. Cursaba 1º del desaparecido BUP, alguno de vosotros os acordaréis de ello. Sabéis a lo que me refiero. La profesora de matemáticas me odiaba, la de química tenía un sentimiento parecido hacía mí… y el resto de profesores simplemente me ignoraba. ¡Qué años más difíciles!. Aún tenía pelo en aquella época, y con un peinado al estilo Gallagher (ya conocéis mi amor odio por ellos) y con la cara llena de acné que me duraría años, hacía caso omiso a todos esos docentes. Un grupo de alumnos mayores, grandes repetidores todos ellos, me hacían mobbing (en aquella época no conocíamos este término) mientras yo, a su vez, hacía mobbing a otro chico, que a su vez hacía la pelota a los mayores y no sabíamos o no queríamos saber quién había empezado o no esas estúpidas disputas, qué más daba. Nos daba todo igual. Todo era una mierda. Pura adolescencia rebelde. destroying

     Era una época en la que los trendies de la época llevaban pantalones vaqueros con más agujeros que un queso gruyer. Esa libertad que te daban los padres a la hora de vestir te hacía más líder. Camisas de leñador abiertas mostraban camisetas con lemas y mensajes. Cazadoras vaqueras con pines y pañuelos en la cabeza. Cuánto daño hicieron los Guns ‘n’Roses. Estéticamente fue una época de vestimenta no barroca, sino rococó. Debías definir tu tribu urbana en función de la banda que llevases en tu camiseta, era algo imprescindible, y ésta, a su vez, debía estar saturada hasta la saciedad. Pura búsqueda de una identidad en base a ídolos. Mi compañero de pupitre fue un día a la mítica y desaparecida tienda Disco Loco de Palma y al día siguiente apareció con camiseta, chaleco, cinturón, pulsera, anillo, pantalones y pañuelo en la cabeza de la banda Metallica. Seguro que llevaba unos calzoncillos con la cara de James Hetfield. Excitante. ¿Podéis imaginároslo? Al puro estilo de los hermanos heavies de la Gran Vía de Madrid.

Al igual que el gran icono pop que fue y sigue siendo la imagen del Che Guevara… Kurt Cobain, con su suicidio, también se convirtió sin quererlo, en un icono de los 90.

Image by Jesse Frohman/CORBIS OUTLINEImage by Jesse Frohman /CORBIS OUTLINE

     Había algo que era imprescindible en el atuendo de la época. La cara de asco, de no saber de qué va la movida, de no saber cuáles son las preguntas y mucho menos de qué van las respuestas, de hecho, qué más daba. Todo daba igual, uno tras otro se repetían los caretos de pasividad total. Ésta, tanto se podía dar entre los seguidores del Britpop, los del Grunge o los del Californian Punk, entre otros. Hacía años que había empezado la época Grunge, y nosotros ni siquiera lo sabíamos. Tuvo que ser la muerte de Kurt Donald Cobain la que lanzaría a la fama el estilo. Y no sólo con sus grandiosos tres discos de estudio, “Bleech”, “NevermindeIn Utero,sino además con un pastelote concierto desenchufado descafeinado para la MTV. Apto para todos los públicos, puro mainstream, “los otros discos de nirvana son muy hardcore pero este mola mogollón, comprendo todo su dolor y rabia” – decía una fan con una carpeta llena de fotos de la banda ocultando sus crecientes pechos. Lo dicho, todos lo hemos escuchado, vimos unas cuantas veces el concierto, y reitero mi opinión de que es lo peor que hizo Nirvana.

MTV Unplugged: NirvanaPhoto by Frank Micelotta.

     Según los amiguitos de Taringa… el señor Offtopic, Los 80′ que hasta entonces nos habían brindado multitud de bandas de heavy y glam metal , habían finalizado con la irrupción del disco «Nevermind» de Nirvana. Gracias a él, toda una serie de bandas alternativas de Seattle con un sonido propio crecerían y saldrían del mundo underground para establecerse en el mainstream, debido a la creciente demanda. Bandas como Soundgarden, Alice in Chains, Pearl Jam… Todas con gran calidad, pero que deben agradecer a la banda de Aberdeen su empujoncito a la fama. De hecho «Nervermind» vendió 10 millones de discos; actualmente 30 millones de copias. Cuando su discográfica Geffen Records, confiaba antes de su salida en vender unas 250.000 copias, más o menos lo mismo que estaba vendiendo Sonic Youth en esa época. Volviendo a esos años tintados de gris, el pasotismo de los alumnos se acentuaba con el pasotismo de los profesores, que asumían la perdida de control de la situación. En los pupitres el tráfico de pornografía en VHS grabada los viernes por la noche en Canal+ hacía furor al igual que los casetes con cualquier estilo de música… tanto daba Soziedad Alkoholika, The Doors, Duncan Dhu o The Beatles… había que encontrar un estilo con el que identificarse, con el que encontrar una personalidad propia. ¡Pero solo para minorías selectas, que somos indies! (bueno, en esa época todavía no podíamos predecirlo, pero ya se intuía).

Courtney Love and Kurt CobainImage by © Dora Handel/CORBIS OUTLINE

     Ese mismo día, el fatídico martes 5 de abril de 1994, un amigo, un coolhunter de la época, me pasó en clase de geografía un casete de un grupo llamado Nirvana, no sin antes, por supuesto, haberla rebobinado previamente con un bolígrafo bic. Por un lado escrito con una tipografía al estilo yummy cupcakes se leía Nevermind, por la otra In Utero. Nunca había oído hablar de esa banda, ni el significado en español del nombre de los discos. De hecho, ni siquiera sabía que nirvana era un estado de espiritualidad budista. Todavía no existía la Wikipedia. Los nombres de Kurt Cobain, Krist Novoselic y Dave Grohl me resultaban completamente indiferentes. ¡Qué nombres más extraños tenían estos chicos!. ¿Acaso necesitaba saber dónde estaba Seattle? En los Estates, imaginaba, ¡Claro! De hecho me importaba “un rava”. Clásica corriente filosófica del momento. Ese día, ese mismo día, escuché por primera vez el “Smells like teen spirit” del disco “Nervermind”. Las paredes de mi cuarto tronaban. Y de hecho, confieso que no me gustó, era demasiado duro para mis oídos, no estaba preparado todavía para ello, demasiada rabia contenida y mucha furia desbocada. Aunque debo reconocer que no tardé demasiado en acostumbrarme a esa música ruidosa.

kurt cat

     Al día siguiente, al llegar a clase, resultaba que todos conocían al grupo Nirvana casi desde el día en que se había fundado, fue el trending topic del momento. No paraban de hablar a susurros en clase de literatura o en el recreo que el líder de la banda se había suicidado, que había sospechas de Courtney Love, su mujer… que si lo habían matado, que si se metía heroína (un clásico de ciudades oscuras del Pacífico como Seattle o Vancouver). … Kurt Cobain se había suicidado el día anterior. «¡Qué casualidad!» Pensé yo. Esa coincidencia poco me haría presagiar lo importante que sería la banda para mí en esta vida, en el devenir de la misma, los momentos de soledad y rabia que compartí con el trío de Seattle, lo muy gratificante que serían esos himnos con la luz apagada de la habitación, saltando y moviendo la cabeza como un loco de arriba a abajo y viceversa… gritando e inventándome las letras de las canciones, mientras mi madre aporreaba la puerta gritando que bajase la música y empezase a estudiar. ¡Ja! Qué ilusa. …Y ¿Qué hacías tú el día que murió Kurt Cobain?. ¿Acaso te acuerdas?. ¡Y qué más da! – Pensarás. La aportación de Nirvana a la historia de la música es incuestionable, te guste o no, pero la rabia, la energía y la fuerza que transmiten sus canciones no pueden pasar nunca desapercibidos, son puro ARTE… entran por tus oídos y se reparten por todos los pequeños rincones de tu cuerpo hasta ponerte los pelos de punta y la piel de gallina. Pero, yo me pregunto… ¿si Kurt Cobain no se hubiera suicidado… habría sido tan grande su leyenda así como Jim Morrison, Bob Marley, Freddy Mercury, John Lennon, etc? Admitamos que el estilo de los autores que he descrito anteriormente quizás no se parezcan los unos a los otros, y que el Grunge o la música de Nirvana no sea apta para todos los oídos, lo que a los indies nos alegra bastante, y que esos difíciles y extraños años 90 nos hicieron crecer como una generación que iba más allá de los cánones establecidos… Y es que el nombre de su canción estrella “Smells like teen spirit” venía de la publicidad de un desodorante… realmente… Olía a espíritu joven. breack dance

Descubre su pasión por la fotografía en Berlín, donde empieza a experimentar con la luz, las miradas y los retratos. Años después se casa en Madrid por lo civil con el arte y la cultura, con la gestión cultural como juez, sin ningún padrino, y eso sí, con unas fotos muy bonitas, relación que suele sufrir bastantes altibajos por su infidelidad con el mundo audiovisual, su insistencia en organizar eventos culturales de calidad y pelearse con el mercado del arte, que le parece ridículo. En uno de sus viajes por el mundo, un día se levantó por la mañana, y decidió juntar una fotografía con otra… y empezó a realizar cortometrajes stopmotion. Arte y cultura como forma de vida.

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