Hubo una época en la que regalar música tenía un alto valor y detrás de cada cedé o disco de tu colección había una historia en que rememorar su origen te transportaba emocionalmente a un tiempo concreto. Recuerdo perfectamente cuando mi primo Gabi me regaló el “It’s beautiful it’s love” de Sexy Sadie, desconozco si lo había escuchado previamente o si le llamó la atención la ensoñadora portada de Jordi Labanda o el nombre beateliano de la banda, probablemente un poco de todo, en cualquier caso el regalo fue un acierto y pronto se convirtió en uno de los discos más importantes de mi colección.
Estamos ante uno de los discos más icónicos del indie español de los 90. En el Mallorca Live Festival Sexy Sadie se subieron al escenario a conmemorar los veinte años de esta obra maestra, sin duda fue uno de los momentos más especiales del festival. Como el propio Jaime García Soriano cuenta en uno de los fragmentos de “Caído del Cielo” (Chelsea Ediciones) es un disco clave en el que se lo toman más en serio que en sus inicios y que es el más complejo de su discografía. Grabado en Mallorca como trío con el propio Jaime junto a Toni Toledo y José Luis Sampol podría haber sido un simple disco de transición y sin embargo para muchos, entre los que me incluyo, es su obra capital.
El disco funciona como un todo y guarda una coherencia entre las canciones pese a la variedad de arreglos que contiene. El primer tema, “I’m the brain”, arranca con arreglos jazzísticos y desde los primeros segundos empieza a destilar el denominador común que permanece en todo el disco, la elegancia. Melodías exquisitas y encanto a raudales incluso en los momentos más gamberros hacia el final con “Bye bye” en el que las guitarras eléctricas que en temas anteriores parecen contenerse aquí se distorsionan y se complementan con coros intencionadamente descuidados y gritos de celebración antes de marcharse con “The tripper”, perfecta réplica instrumental al tema de apertura que despoja al oyente de toda intensidad y se convierte en el cierre perfecto.
Por en medio temas tan redondos e importantes en la carrera de los mallorquines como “A brand new world”, “You know that’s the way I like it”, “Needle Chill”, “My bike”, “Satellites” o “Stay behind me” sobresalen por encima de medios tiempos que lejos de decaer mantienen el nivel a lo largo de todo el disco guardando un equilibrio constante. Por ejemplo en la delicada “May” la casi lastimosa voz de Jaime recuerda a la de Michael Stype de R.E.M. –banda que les dedicarían unas bonitas palabras tras verlos en directo- y deja uno de los momentos más intensos del disco antes de dar paso a “Join us”, montaña rusa que funciona como contrapunto a la anterior y que en apenas dos minutos y medio resume muy bien el eclecticismo de todo el disco con sus subidas y bajadas.
Cuidados arreglos de cuerda conviven con pequeños detalles electrónicos deudores de su disco anterior de remezclas con Big Toxic y que también aportan su granito de arena en “Sweet life”. Y es que las colaboraciones y nombres propios que intervienen es espectacular: los arreglos electrónicos ya citados de Big Toxic, las voces de Adela Peraita de Sunflowers en «Satellites» y de Najwa Nimri en “Stay Behind me” (precioso el resultado en ambas composiciones), la portada del ilustrador Jordi Labanda en su momento de máximo esplendor, la preproducción de Fernando Pardo, la producción de Joaquín Pascual… prácticamente una selección de all stars de la época.
Toda una oda al AMOR y al POP en mayúsculas: It’s beautiful, it’s LOVE… It’s beautiful, it’s POP.