Imagina entrar en una discoteca y escuchar la música que suena en tus videojuegos favoritos. Hoy en día, y más en España, es difícil encontrarse con esa situación, pero en los años ’90 hubo un compositor que se lo propuso. O más bien, llevar la música de la discoteca a la casa de los jugadores.
Yuzo Koshiro es uno de los compositores de música de videojuegos más influyentes de la historia de este joven medio audiovisual e interactivo. Desarrolló los mejores años de su carrera produciendo música para sagas de SEGA Mega Drive de la talla de Streets of Rage, Shinobi o Sonic, y desde entonces ha intentado ir un paso por delante, aportando su sello y su sonido característico. Su música ha tenido sonidos rockeros (Como en Project X Zone 2) o incluso orquestales (Super Smash Bros Brawl).
Sin embargo se le conoce más por su sonido electrónico, de música de club. En plena era de los 16 bits, supo adelantarse adelantarse a su época, viendo que las melodías pegadizas pero simplonas pronto serían sustituidas por beats, de mayor elaboración y con mayor profundidad. Y todo ello lo hizo con el sintetizador de un ordenador de la serie PC-88SR
Aprendió música a una edad muy temprana enseñado por su madre y por Joe Hisaishi, quien entonces no era tan famoso, pero poco después se convertiría en un gran socio de Hayao Miyazaki poniéndole música a su filmografía de anime. Y de la misma forma, su carrera en los videojuegos también llegó de forma precoz a finales de los años ’80, con tan solo 18 años. Arrancó trabajando para la empresa desarrolladora de videojuegos Nihon Falcom, y su primeras melodías fueron para Xanadu Scenario II. Pero la parte más conocida de su carrera llegó años después, cuando comenzó a trabajar de forma autónoma y así participó en diversos videojuegos de varias compañías. Con la que tuvo una relación más cercana fue SEGA, que rápidamente le encargó la música para Revenge of Shinobi y para la versión de Game Gear de Sonic. Para el segundo, optó por portar la mayoría de las melodías más reconocibles de la versión superior, la de Mega Drive, pero esta sería la última vez que trabajaría sobre algo ya establecido, puesto que sus demás trabajos se fueron saliendo del molde constantemente.
Dos de las grandes inspiraciones de Koshiro fueron Soul II Soul y Enigma. Grupos que considera que tienen en común el ground beat y era algo con lo que él quería experimentar, sumado a la música disco, que estaba de moda en Japón en aquella etapa. Sin embargo, él añadió otro sonido más: el techno o el trance que escuchaba en la discoteca Yellow de Hino. Y sin duda, su música suena a eso.
«Yo escuchaba ese tipo de música en ese momento. No era como ahora, que puedes escuchar canciones antiguas cuando quieras, así que estábamos limitados a la música que escuchábamos en ese momento. Por entonces, si estaba de moda Prince, todo lo que escuchaba era Prince. Yo quería tener ese tipo de música molona sonando en videojuegos», decía el compositor en 2014.
Las obras cumbre de su carrera de compositor son las tres entregas de Streets of Rage (1991, 1992, 1994), las tres para Mega Drive. Para entonces ya había formado parte de la creación de la compañía de desarrollo de videojuegos Ancient Corp junto con su madre y su hermana, entre otros diseñadores y artistas. Su estilo musical fue cambiando progresivamente en estos tres títulos, pero tienen un núcleo duro en común: es música que bien podrías escuchar en clubs, pues tienen un sonido electrónico potente y cañero, con toques de lo que han llamado dirty, electro-funk e incluso trance.
En la primera entrega optó por sonar más ground beat, en la segunda más techno, y ya en la tercera fue cuando se lió la manta a la cabeza y se puso a experimentar. Creó una banda sonora tan radicalmente distinta a lo que se solía oír hasta el momento que ni siquiera fue compuesta enteramente por él… sino por un ordenador. En lugar de componer música, diseñó un programa que la generaba automáticamente en base a unas condiciones. Es decir, tenía más de programación que de composición. Y una vez que el programa le entregaba los sonidos que había generado, él elegía los mejores y los unía. Esta forma de trabajar fue tan particular, que en la época no se entendió y fue la banda sonora suya que más debate generó.
Más tradicional fue la forma de trabajar para Revenge of Shinobi. Tradicional solo en la forma, porque como insistimos, no en el sonido. Esa saga se disponía a lanzar su tercera entrega, y él le dio una vuelta de tuerca al sonido. A su habitual trabajo con el sintetizador le añadió el sonido tradicional japonés, que es lo que quizás se esperaría de un juego de ese corte y salieron maravillas como esta:
Después de esta etapa en SEGA, Yuzo Koshiro ha seguido trabajando en composiciones de juegos de todo tipo y para todas las plataformas, entre las que destacan sus arreglos junto a otros compositores en Shenmue o las dos últimas entregas de Super Smash Bros. Sus últimas composiciones han sido para Puzzle & Dragons X (dispositivos móviles) y Etrian Odyssey V (Nintendo 3DS). Actualmente está trabajando en Monster Boy and the Cursed Kingdom, que se lanzará a lo largo de este año para la principales consolas actuales y PC.
Y volviendo al inicio de este texto, sí que es posible escuchar música de videojuegos en discotecas. Especialmente si las pincha él, porque además de compositor, también es dj. Lo mejor es que a menudo ofrece sesiones en las que hace que el público se mueva con la música de sus videojuegos, por supuesto.
el mejor compositor de videojuegos!!