No sabemos si el reverenciado Dylan se toma su tiempo o si ya solo se acuerda de las letras de sus canciones, pero el caso es que de una anunciada trilogía en la cual quería presentarnos algunas de sus memorias solo ha salido el primer volumen (Crónicas, 2.004). Hace ya unos años el propio Dylan anunció que estaba trabajando en el segundo volumen, que no sería nada raro que dada la también genial visión comercial del músico (o sus asesores) saliera en la próxima Navidad. Y para evitar equívocos, que conste que no tenemos ni la más remota idea de cuando saldrá (si sale).
En ese primer volumen narra un fantástico episodio en el cual explica como Woodie Guthrie (1.912-1.967), ya enfermo y hospitalizado por la enfermedad de Huttington que padecía, le cuenta que, en su casa, dispone de una caja con miles de canciones y que si se presenta allí su mujer se las iba a regalar. Por supuesto, Dylan se fue a por ella. En esa ocasión la suerte no le acompañó. Marjorie no estaba en casa y la canguro de Arlo, el hijo de Guthrie de nueve años, no sabía nada del tema.
Es una historia conocida aunque inacabada. En el año 1.998 Nora Guthrie, si, la hija de Woody, contactó con Billy Bragg al que había conocido en entornos teatrales para ofrecerle musicar algunas de las más de 3.000 canciones que su padre había dejado inéditas a su muerte. De ellas solo se conserva la letra aunque todas están fechadas y firmadas con: “letra y música: Woody Guthrie”. De ellas dijo Nora algo así como “Canciones en las que se descubren cosas de las que ningún hijo debiera saber sobre su padre”.
Bragg contactó con los Wilco en el inicio de su carrera después de abandonar el proyecto “Uncle Tupelo”. Poco que ver con los Wilco actuales. De ese proyecto surgió Mermaid Avenue (la calle de Coney Island donde vivió Guthrie) en una primera edición de dos discos en 1.998 y una segunda a la que se añadió un documental sobre el proceso de grabación y un tercer volumen -Mermaid Avenue III (2.012)- con nuevas grabaciones. Aunque, como era previsible, Bragg y Tweddy tuvieron sus encontronazos, el producto es fantástico.
Decíamos que la historia de esas más de 3.000 canciones está inacabada por que Nora, demostrando una actitud auténtica y sincera -el mejor homenaje que podía rendir a su padre- aceptó, a petición de Jay Farrar (Uncle Tupelo y Son Volt) repetir la jugada, creándose así otro nuevo volumen titulado New Multitudes. Seguro que muchas primeras estrellas hubieran aceptado el ofrecimiento (¿qué hubiera hecho Dylan?) pero hasta ahora, Nora ha preferido optar por otro tipo de músicos, importantes pero alejados del mainstream. Farrar había recibido la propuesta de colaborar en los dos primeros volúmenes de Mermaid Avenue pero declinó la oferta alegando que se sentía incómodo trabajando ese material con otro (Billy Bragg). Años después Farrar si que se decidió a cerrar ese capítulo de su carrera con el resultado descrito. En esa grabación acompañan a Farrar nada menos que Yim Yames, Anders Parker y Will Jhonson. Aunque parezca difícil de creer este afirma que no había querido escuchar, ¡durante 14 años!, ninguno de los discos de Bragg y Wilco para no influenciarse con ellos.
Os ofrecemos finalmente la audición del New Multitudes (2012) volumen menos conocido que los de la serie Mermaid Avenue y esperemos a ver que deparará el futuro a las miles de canciones aun inéditas de Woody Guthrie.