El pasado fin de semana Notodoesindie estuvo en el GetMAD, un festival muy interesante en el barrio madrileño de Malasaña . Con un tremendo cartel y muy bien organizado. Cuatro salas muy cerca unas de otras (Sala BUT, Taboo, Maravillas y Changó Live) con nada de aglomeraciones ni colas, puntuales y sonido impecable en general. Todo un planazo de fin de semana intenso.
Emma Galán y una servidora hemos disfrutado a lo grande y esta es nuestra crónica del festival.
Comienza el viernes 27, con The Ruminaters en la Sala Taboo, de primeras se hace raro meterse en una sala oscura a las siete de la tarde pero empiezan a tocar estos australianos garageros y me doy cuenta que es un buen momento para la primera birra, venga que es viernes y empezamos con fuerza!!
Contundentes guitarrazos y poca gente en la sala pero muy “disfrutona” al segundo tema ya movíamos las cabezas contagiadas con su enérgico directo.
45min después de un buen concierto de rock y varias cuerdas de guitarra rotas salimos a la luz cegadora. Se oyen frases como “diooos, que se haga de noche de una p…vez!”
Es el turno de Wire en la Sala BUT; tenía muchas ganas de volver a ver a los británicos y quizás llevaba demasiadas expectativas puestas en este concierto. Me esperaba mucho más, no hubo demasiada conexión entre ellos, acoples, las voces no sonaron bien y me faltaron grandes hits de su mítico álbum Pink Flag. Aún así, me gustó verlos. Siguen conservando su sonido y sus finales cortantes; eeehhh! pun! Unos grandes señores que llegan, tocan y se van. Ole
Girlschool en la Sala Changó Live; fue lo mejor de la noche. Esta mítica banda femenina de heavy metal muy conocidas por colaborar junto a Motorhead, engancharon al público desde el minuto uno. Heavy metal en estado puro.
Nos hicieron vibrar con su poderoso directo y no pararon de conectar con el público. Se lo pasan bien haciendo rock and roll y eso se contagia. Hubo de todo, brindis por Lemmy antes de tocar Please don’t touch, cuernos, melenas al viento, mástiles en alto, cuero, sudor y pogos. Un verdadero disfrute, gracias!
Como anécdota comentar que las componentes de las Lizzies, que horas antes tocaron en este mismo escenario, estaban en primerísima fila. Las Girlschool les regalaron guiños, púas de guitarra y una clase magistral de rock and roll. No sé cómo saldrían ellas del concierto pero a mí me entraron ganas de gritar Come to Revolution!!!
El Sábado 28, después de una mañana por el barrio de Malasaña con sus brunchs, mercadillos vintage, bocatas de calamares, modernos y una buena tormenta a la hora del vermut, arrancó el segundo día de festival.
Comienzan Audacity, los californianos abren la sala BUT con un buen concierto de punk rock que personalmente no me entusiasmaron pero sonaron bien y con la sala medio llena a las 18:30 consiguieron que el público se entregara y yo me dejé llevar.
Eagulls fueron los siguientes. Esta banda británica de post punk con George Mitchell a la cabeza, un joven lánguido y melancólico con una voz que recuerda a Robert Smith, consiguieron que me metiera de lleno en el concierto, un disfrute.
Acaban de estrenar su segundo disco Ullages y de ahí sacaron la mayoría de su repertorio. No decepcionaron, al contrario. Aunque el disco es mucho más melancólico y oscuro que el anterior, consiguieron llegar al público y hacernos disfrutar. También hubo espacio para el primer álbum con temazos como ‘Nerve Endings’, todo un gustazo. Perfecto para la tarde del sábado antes de meternos de lleno en el poderoso directo de Black Lips.
Uno de los platos fuertes de la noche. Con la sala llena, los de Atlanta hicieron saltar a todo el público asistente. Nunca tocaron tan temprano ni tan serenos, una apuesta segura. Desde el principio conectaron con el público, temazos uno detrás de otro, globos, papel higiénico volando, hala Madrid (ah! que hay futbol, pss!), gente saltando desde el escenario, seguratas nerviosos. En definitiva lo que se espera de un buen concierto de rock garajero. Terminaron con «Bad Kids» y reventaron la sala
Llegó el turno de Psychic TV, la banda de Genesis P Orridge una leyenda del rock psicodélico que consiguió engancharnos a todos con sus mantras y su oscura voz. Sonó «Just like Arcadia» en segundo lugar y nos ganaron a todos. Un gran concierto para finalizar una gran noche
Mientras el público asistente en la Sala But disfrutabamos del concierto de Psychic TV, muy cerca, en la Sala Changó, Rival Sons se marcaba un conciertazo que mi colega, Emma Galán pudo vivir. Aquí os dejo su crónica;
Qué mejor manera que comenzar un directo con la atmósfera adecuada: y Rival Sons lo saben. Como obertura podemos disfrutar del ya clásico “El bueno, el feo y el malo” de Ennio Morricone, para ponernos en situación y ambientar lo que será un directo que Rival Sons ofrecen lleno de referencias a The Doors, Led Zeppelin o Black Sabbath. Un viaje al pasado degustando un sabor lleno de sonidos de los 70. Un potente directo aclamado por el público y resultado de un metódico proceso: el incesante cambio de guitarras de Scott Holiday y el hecho de que en la gira les acompañara un técnico por instrumento dotan al conjunto de una calidad difícil de superar.
Entre el público, nostálgicos de la época o bien modern@s apabullados por el clasicismo rock del grupo. Un público totalmente entregado y que resulta acabar en íntima comunión con los californianos.
Además de soñar con un posible “The Doors” evolucionado, Rival Sons ofrece una inmersión en el AOR más directo y grupos como Blue Oyster Cult.
Destacar el solo de batería de Miley o los de guitarra de Holiday. Un colosal directo que empezó bien pero acabó mejor: con el tema “Keep on Swinging”. Todos nos quedamos con ganas de más.
Por ponerle una pega al festival, hubo unos cuantos solapamientos que dolieron en el alma como Girlschool y Nots o White Fence y Terry Malts, imposible llegar a todo.
Pero en general un muy buen festival organizado por Baltimore y Holy Cuervo que espero se repita. Larga vida al GetMAD!
Anécdota personal de la noche; me vi mitad del concierto de Psychic TV con uno de los guitarristas de Black Lips al lado, Jack Hines. Comentamos lo buenos que eran, no quiso beber alcohol, me preguntó de quien era la chapa que llevaba (de la banda madrileña Paisana) y nos fuimos a ver a sus colegas White Fence que tocaban en la sala Taboo.
Llegamos para los últimos temas que los disfruté al máximo, mi querido amigo Jack me escribió una dedicatoria en una postal del Mont Sant Michel (cosa que no entendí) y me fui tan contenta! FIN
