Si me sigues
lo verás
que tu nombre y el mío
se aúnan
como gotas indivisibles
de océano
como mares que se han hecho pequeños
contenidos en la cuenca
de mi mano y de la tuya
Como niños
jugamos a ser dioses
sin detestarnos
sin amarnos
tan solo mirarnos
así, de frente,
tan de cerca que lo comprendemos todo
y el mundo se detiene
Te vuelves así
en un instante
mío como si lo hubieras sido siempre
y yo tuya
como si ya no nos faltasen
días para ser felices
Y te miro
y tú te mueves
y dices Soy
Soy, como tú, persona
Y se acaban las gotas de rocío
y las flores
y los pájaros
pero este momento
en que me miras
y yo te miro
y se nos agrandan las pupilas
este acto no se acaba,
y ahora que ya, por fin, lo sabemos
no volveremos a pestañear nunca