De eso que vas por la calle con banda sonora propia, tan tranquilo en tus pensamientos, y acabas por convencerte de que es tiempo de dar un paso hacia delante… Llegas a casa relajado, contento… consciente de que aquellos puntos suspensivos pueden no ser inconclusos y de que cualquier tiempo pasada fue peor. Y en un momento de euforia comedida me largo a rellenar esta playlist de zarpazos sonoros, algunos llenos de rabia…, otros aún hirientes.
Las canciones transitan nuestras vidas, nos las hacen más llevaderas. Y esta lista de temas muy dispares entre ellos no es más que un alegato al movimiento y al sentimiento. Porque no hay nada peor que la inercia de la rutina, el consentimiento de lo obvio, la pasividad ante la sorpresa. La música son estados de ánimo, y cada uno de ellos hay que vivirlos entregado. Sólo así conectaremos con nosotros mismos.
¡PASEN.. Y ESCUCHEN!