Fue el número 15, tras algunos de los discos más inolvidables, ya iconos del rock y de la música moderna. Atrás quedaron desde los más undergrounds hasta el anterior, Scary Monsters (and Super Creeps) (1980), al que la revista Record Mirror puntuó con 7 de las posibles 5 estrellas que se daban, con su inolvidable «Ashes to Ashes», vestido de Pierrot.
En esa coyuntura David Bowie afronta su nuevo disco LET’S DANCE .
El disco, grabado en 1983, marca el paso y el deseo de Bowie de dar un giro hacia el gran público con la pretensión de convertirse en un número uno, en aquel año sólo el Thriller de Jackson lo sobrepasó en ventas… Pero Bowie, que una vez más cambiaba de productor, consiguió sencillos de una increíble fuerza, no sólo a nivel musical sino también visual. Esa energía que desprendía el nuevo álbum también llegaría a las pistas de baile de todo el mundo.
En Lets Dance podemos escuchar la guitarra del bluesman, Stevie Ray Vaughan y su productor Visconti es relevado en el último momento por Loedger. Después de años y discos juntos David Bowie hace una apuesta clara de cambio , quiere números uno, singles que revienten las salas de fiesta y así fue… el look , la música y el estilo de este disco recorrieron todo el mundo y rompieron listas y pistas.
Fue un cambio más, una nueva vuelta de tuerca del legendario y enigmático Bowie, el de los ojos bicolores, el príncipe del rock, aquel hombre que volvia locas a las mujeres… y a los hombres.
El Lets Dance fue definido por críticos del momento como un salto al funk que contenía todas las influencias de la época. La batería destacaba de manera especial y ni qué decir tiene que los videos se convirtieron en lo que ahora llamaríamos virales, mostrándose una y otra vez haciendo imposible olvidar la imagen de «The Thin White Duke» en el de «China Girl», con su boca esparciendo el carmín por sus labios. O en «Modern Lover», entrando en un escenario enfrentándose a un auditorio ansioso por escucharle y amarle.
En el álbum podemos encontrar los siguientes temas
– LETS DANCE
-MODERN LOVER
-CHINA GIRL
-WHITOUT YOU
-RICOCHET
-CRIMINAL WORLD
-CAT PEOPLE
-SHAKE IT
La invasión de videos e imágenes posterior, a mayor gloria de Bowie, fue un grito de frescura para aquellos que pretendían encasillarle en lo Dark. Maestro del escapismo musical, Bowie es capaz de deleitarnos riéndose de él mismo o de nosotros, si es necesario. Él, que demostró su talla como actor en «Feliz Navidad, Mr. Lawrence», que ofreció directos para minorías y conciertos para miles y miles de personas.
El principio de mis monólogos suele ser… «¿qué se puede decir de… que no se haya dicho ya?… NADA«, pues bien, en este caso es así… nada se puede ya aportar a David Bowie, nadie se ha atrevido a calificar mal un concierto, una actuación, un disco o un video. Estamos ante una leyenda de una categoría tal, que pasará a la historia como uno de los más grandes artistas que la música ha dado; el siglo XX le encumbró y en el XXI aún estrena, ahora mismo, disco retrospectivo con autocrítica incluida.
La vestimenta que lucía David fue, una vez más, marca de la casa… marca BOWIE. Rompedora e inolvidable, colores imposibles con formas que solo él podía permitirse, hombreras, peinados ad hoc.
Una portada vestida de boxeador rompía con la anterior de Pierrot de manera decidida y provocadora. Y como en estas páginas intentamos llegar más allá que cualquier documental, quiero acabar dirigiéndome a los posibles lectores de estas líneas para recordarles que Bowie es inmortal, que todos queremos ser como él ¡Y LO SABES!, que las chicas se mueren por hombres como David y que muchas veces hemos imitado su estilo, nada fácil, delante de espejos… en casa o en el baño de la disco. Y ni cito la excelsa calidad de su trabajo ante el que no hay duda y que se refleja también en sus impresionante números de ventas y es que tanto fans como críticos de varias generaciones le adoran. Es ésta exactamente la idea que tengo de la palabra ICONO. ¿Hay alguien que «mole» tanto en estos tiempos?… NO.