El tercer domingo de Agosto, según la Organización de las Naciones Unidas, es el Día Internacional del Niño entonces, qué mejor que terminar el mes de Agosto, hablando de “Los niños y el metal”
Cuando hace algún tiempo debatimos sobre si era posible educar el gusto musical, yo me manifesté completamente a favor del sí. Educar – que no, adoctrinar- el gusto musical es tan importante como educar en cualquier otra forma de arte y en cualquier otro ámbito que se les ocurra. Un niño que lee libros, tendrá una aproximación a la literatura y a la cultura general, completamente distinta del que no lee absolutamente nada y pasa sus horas libres frente al televisor, a una consola o a un ordenador. De la misma forma, teniendo en cuenta que los niños son altamente sensibles a cualquier tipo de estímulo, uno que escucha música – cuanto más variada y desde más temprana edad mejor- tendrá un nivel de estimulación mayor que aquel que no la escucha o al que limitan a un solo género.
El por qué es un poco más complicado que las pocas líneas que yo pueda escribir pero voy a tratar de resumirlo. La música provoca la activación de la corteza cerebral, específicamente en las zonas frontal y occipital, que son las implicadas en el procesamiento espaciotemporal, y provoca impulsos eléctricos del tipo Alfa (los que relajan el cerebro y desarrollan la creatividad, la memoria y la intuición), por lo tanto, no hace falta mucho para deducir que, escuchar música provoca en los niños un aumento en la capacidad de memoria, atención y concentración y mejora la habilidad para resolver problemas matemáticos y de razonamiento complejos, entre otras cosas.
Ahora bien ¿por qué “metal”? Partiendo de los efectos “Tomatis” y “Mozart” podríamos llegar a la respuesta.
A mediados del siglo pasado el otorrinonaringologo francés Alfred Tomatis diseñó un programa terapéutico de rehabilitación para gente con dificultades auditivas y/o de leguaje, basado en la estimulación musical a través de piezas de Mozart y otros compositores clásicos y sus resultados fueron asombrosos. Este efecto pasó a llamarse “Efecto Tomatis”. ¡Ah! Este mismo médico fue el que demostró que los bebes reconocen sonidos desde que están útero de la madre.
Otro grupo de médicos – esta vez canadienses- descubrió un incremento en las puntuaciones en test de habilidades visuoespaciales y cognitivas en general y un incremento transitorio del cociente intelectual, en aquellos alumnos que habían escuchado música de Mozart durante 10 minutos. A esto se lo llamó “Efecto Mozart”
Por otra parte, existe una estrecha vinculación entre música clásica y rock/metal, tanto de fondo como de forma. Diversos estudios demuestran que las personas que escuchan música clásica y las que escuchan metal tienen el mismo tipo de personalidad, de hecho, comparten la misma atracción por la magnificencia y la épica, lo que los lleva a apreciar el mismo tipo de sonidos (No son pocos, por ejemplo, los metaleros amantes de Wagner).
Por último, tampoco son pocas las bandas o artistas que se han inspirado en la música clásica a la hora de componer e incluso han “robado” alguna que otra cosa, bastaría cerrar un momento los ojos y pensar en YES o en Pink Floyd o en casi cualquier banda de rock sinfónico o en Queen y hasta en Black Sabbath. O visto desde el otro ángulo, recordar a Apocalyptica (de quien ya les he hablado) o el álbum doble de Metallica con la Orquesta sinfónica de San Francisco o en Yngwie Malmsteen – que adaptó las técnicas de ejecución del violín de Paganini a la guitarra eléctrica con efectos de distorsión – y podría hacerles una lista interminable… pero de eso hablaremos en otro artículo.
Ahora, como ya tenemos claro que hacer que nuestros niños escuchen metal, no es malo, voy a pasar mostrarles algunos ejemplos.
La primera banda de metal para niños fueron los HEVISAURUS finlandeses- y ¡Cuándo no Escandinavia al frente de cualquier cosa que lleve la etiqueta “metal”!-. Esta banda de power/heavy metal formada por 4 dinosaurios y un dragón -que cantan sobre deberes y monstruos- tocó por primera vez en vivo en 2009. Y han sido varios los pesos pesados del metal finlandés que han colaborado en sus discos: Hynynen Vuorinen (Nightwish) Santeri Kallio (Amorphis) Janne Wirman (Children of Bodom) Perttu Kivilaakso (Apocalyptica) Janne Puurtinen (HIM), Elias Viljanenen (Sonata Arctica) y Antti Hyyrynen (Stam1na), son algunos de ellos.
En 2011 debido a una disputa con Sony Music, los cinco músicos de Hevisaurus formaron Sauruxet y con nombres y disfraces casi idénticos, siguen entreteniendo a los chicos con canciones de la misma temática. Aunque la banda no fue oficialmente disuelta, Sony cedió la licencia para toda América Latina a una empresa argentina y allí, bajo los disfraces, operan como HEAVYSAURIOS y aunque no ha trascendido el nombre de los integrantes (incluso giran por la discográfica encapuchados) se sabe que son músicos reconocidos de la escena metal argentina.
También procedente de Argentina, GUSTAVO ZAVALA, integrante del legendario grupo Tren Loco, adapta temas de Iron Maiden, AC DC, Megadeth, Scorpions, Black Sabbath, Europe, etc con la intención “de que los chicos disfruten de todo, además de Bach y Vivaldi, y que no se llenen la cabeza solo con Floricienta y los Teletubies”. Así, “METAL FOR BABIES” -que empezó como un proyecto personal para su hijo – a medida que familiares y amigos le pedían copias para los suyos, se masificó y hoy ya cuenta con, nada menos que cinco álbumes en la calle.
Un poco más extremo es el caso de SOCKWEB un duo grindcore formado por un padre y su hija de 7 años que, tras varios videos publicados en youtube, firmó contrato con Monolitic Records que les valió la publicación de “Werewolf”, el primer álbum de estudio en 2014 con canciones escritas por la propia Joanie.
Dentro del metal para niños “escrito por niños” también encontramos el caso de las BABYMETAL japonesas que escriben sus propias canciones sobre chocolate y permisos para salir, fusionando el conocido J-Pop con una base de guitarras progresivas muy bien tocadas por músicos de sesión. En los directos, en cambio, se sabe que quienes las acompañan – parados en el fondo del escenario y vestidos de fantasmas- son músicos de renombre del metal japonés.
Por último, tenemos el caso de UNLOCKING THE TRUTH una banda compuesta por niños de Brooklyn de 12 y 13 años que se conocieron en preescolar y a la edad de 8 o 9 años ya escribían su propio material. Un día decidieron pararse en una esquina de New York a dar un concierto instrumental, lo grabaron y lo subieron a youtube. El video juntó más de un millón y medio de reproducciones en poco tiempo. Lo que les sirvió para que un manager se interesara en ellos y les consiguiera talonear a Guns N’ Roses y actuar en salas como el Webster Hall. Poco después Sony les ofreció un contrato y actualmente se encuentran grabando el que será su primer disco.
Hasta aquí un breve resumen que demuestra que el tan difundido concepto de que metal es un género hecho por hombres y para hombres, no es más que un mito y que en realidad, es un género que puede llegar sin problema alguno, hasta los más pequeños inundando salas de conciertos con metaleros que levanten sus cuernos a no más de un metro del suelo.
