Fernando Navarro, crítico musical de El País, en su novela «Todo lo que importa sucede en las canciones» nos señala con el índice a todos los torpes emocionales que muchas veces sólo sabemos expresar nuestros sentimientos con canciones.
Sentimientos relacionados con todos y cada uno de los recuerdos vitales que tenemos, que sin pretenderlo, siempre disponen de una banda sonora concreta que te lleva a ese instante.
Pues bien, este libro pone texto a estas situaciones y está escrito a modo de exorcismo personal.
Una relación que se rompe, una madre ausente, un hijo que pide atención y una tormenta mental importante a nivel madurez, lo que viene siendo un caldo de cultivo ideal para cualquier canción POP. Hablamos de problemas atemporales, escuchamos canciones atemporales. Cada capítulo tiene el nombre de una tonada más o menos clásica, que sirve como marco emocional de lo que allí se va a contar.
Desde su web musical favorita le recomendamos su lectura, a poder ser, acompañada de este cancionero y una buena birra fría.