Hace tres años si alguien nombraba a Rufus T. Firefly solo los más cinéfilos, (o fans de los Hermanos Marx) sabrían explicar quién era. Hoy para hablar de Rufus hay que mencionar psicodelia, música y éxito. De todo eso y mucho más hablamos con Victor Cabezuelo, cantante y compositor de uno de los grupos de moda.
NOTODOESINDIE – Ya tenéis más de una década de existencia, ¿no tenéis la sensación de que en los últimos años todo se ha acelerado mucho en vuestra carrera (con Magnolia, principalmente)?
VICTOR CABEZUELO – Ha sido todo muy rápido y sorprendente. Llevamos trece años tocando, pero los dos últimos han supuesto la gran explosión, y resulta extraño para nosotros haber ido tan despacio al principio y ahora esto. Estamos muy agradecidos y disfrutando mucho los conciertos intentando estar a gran nivel.
(NTEI) ¿Dónde creéis que está la clave del paso del “anonimato” en los primeros discos, a la gran popularidad de los dos últimos?
(VC) Pues no lo sabemos; y de saberlo lo hubiéramos hecho desde el principio (risas). No tenemos una explicación de por qué pasan estas cosas. Es un poco la magia de la música, con lo bueno y con lo malo. No existe una fórmula ni puedes hacer nada para asegurar el éxito. Simplemente tienes que hacer canciones lo más honestamente posible y si llega el éxito pues genial, y sino pues bien también porque habrás hecho lo que querías hacer. Para mí esa es la clave.
(NTEI) ‘Loto’ ha sido una segunda parte, más psicodélica, pero ya estáis diciendo que lo próximo va a sonar diferente. ¿Alguna pista? ¿Algo más electrónico?
(VC) No podemos dar ninguna pista porque hasta que no finalicemos esta etapa, en abril, no vamos a empezar con la siguiente. Así que no sabemos hacia dónde vamos a ir; apenas lo hemos pensado. Lo único que tenemos claro es que no queremos repetirnos ni volver a caer en este sonido psicodélico-sesentero porque creo que ya hemos contado todo lo que queríamos contar con este lenguaje y ahora nos apetece hacer otro tipo de cosas. Siempre hemos sido una banda que enseguida nos cansamos de nosotros mismos y tenemos que estar reinventándonos todo el rato y en cuanto sabemos hacer algo nos aburrimos y queremos hacer otras cosas. Y esto es lo que pasará con el siguiente disco, que será otra cosa.
Al final es cierto que tendrá la «esencia Rufus» como siempre, porque yo tengo mi manera de hacer las melodías y todo eso siempre acaba siendo muy personal, pero será con un envoltorio muy diferente. Nosotros hemos sido una banda en constante cambio y en ese sentido no resulta tan arriesgado; el riesgo sería repetirnos, en cualquier caso. La gente que nos conoce y nos sigue espera que les sorprendamos.
(NTEI) ¿Dónde ponéis los límites creativos cuando componéis?
(VC) Simplemente no vamos a hacer algo que ya hemos hecho. Si algo nos suena a cosas pasadas que ya hemos explotado en otros discos no lo vamos a repetir. Ese es nuestro único veto, pero siempre vamos a estar abiertos a cualquier cosa o sonido que nos emocione.
(NTEI) Por citar algunos títulos de los últimos dos discos nos encontramos “El Halcón Milenario”, “Cisne Negro”, “Cristal Oscuro”, “Pulp Fiction”, “Demogorgon”. ¿Está claro que el cine y las series tienen importancia, pero ¿quién es el o la responsable de escoger los títulos de las canciones? ¿Cómo hacéis la elección?
(VC) Lo cierto es que a la hora de hacer canciones siempre tiramos de cualquier tipo de inspiración, de todo lo que vemos alrededor. Siempre hemos sido muy amantes del cine, la literatura y las artes, y obviamente nos influyen mucho a la hora de componer. Ahora vivimos la época dorada de las series, de la ciencia ficción y al final te acabas impregnando de eso y así lo expresamos. Nos gusta dejar las referencias muy claras y que lo que estamos pensando visualmente quede patente en los títulos.
(NTEI) Y hablando de títulos de canciones, con un amigo siempre tenemos la misma discusión ¿Cómo llamáis a “··o··”? ¿La sexta de Magnolia? (risas).
(VC) Esto lo hace mucho un grupo que nos encanta que se llama Sigur Rós, que ponen caracteres a las canciones en lugar de ponerles un título. Esta canción en realidad es la representación gráfica de Júpiter y sus cuatro lunas alienadas. Es un dibujo más que un título. Cuando tenemos que mencionarla entre nosotros la llamamos «O», y ya está. Pero en realidad no tiene nombre.
(NTEI) Es bastante obvio que lo estético tiene un papel especial en el “mundo Rufus”, ¿cómo y en qué medida se decide eso?
(VC) Todo es trabajo de Julia, que es quien se encarga de hacer todos los diseños y la última imagen junto a Iris Banegas. Entre las dos han llevado las canciones a ese nivel de imagen. Recuerdo que le pasé a Julia las primeras letras e ideas de las canciones y ella me devolvió dibujos que explicaban mucho mejor lo que quería contar que mis propias letras y explicaciones. Creo que han hecho un trabajo increíble y mola mucho que las canciones se puedan ver de alguna manera.
Nos gusta cuidar los diseños; hoy día que casi no se venden discos y todo es como muy digital e invisible, pues nos gusta que la gente se pueda llevar a casa un objeto que tenga cierto valor añadido. Los vinilos que hacemos por ejemplo son piezas con diseños únicos porque se bañan en pintura, pero el dibujo que queda finalmente es único en cada ejemplar, y eso lo hace especial.
(NTEI) Da gusto ver cómo se llevan ahora muchas bandas entre sí, cómo colaboran entre ellas, y vosotros lo habéis hecho a menudo, recientemente con Rayden (participando de un registro a priori alejado del vuestro); ¿creéis que en este sentido vivimos un momento dulce, especial?
(VC) Yo creo que sí; muchas veces, sobre todo cuando yo empezaba, notaba como demasiada tirantez y tontería entre las bandas; había un cierto pique sobre quiénes eran mejores y quiénes eran peores, que si mi música mola más que la tuya, etc. Y todo esto a mí me parece muy absurdo. Esas cosas están basadas más en prejuicios que en música real, y a mí me gusta mucho intentar aprender de todo lo que hacen mis compañeros.
Decir que un estilo o grupo es una mierda demuestra la ignorancia de uno y que no tienes ni idea de lo que está haciendo ese grupo; y además todos los grupos merecen un respeto. Partiendo de ahí, me gusta colaborar y aprender de toda la gente que tengo alrededor. Además, me estoy encontrando a gente muy maja en la música, con lo cual es un placer estar en un circuito así.
(NTEI) Y siguiendo con las colaboraciones… ¿con quién os gustaría colaborar?
(VC) Puestos a soñar me encantaría que un día nos llamara Enrique Bunbury para hacer una canción juntos. Ya ha dicho alguna vez que él es muy fan de nuestra música. Sería increíble que algún día se acerque por aquí y aprovechara para hacer una «cancioncilla» con nosotros. Si tengo que pensar en alguna banda que ya no esté en activo es cierto que Standstill es una de nuestras bandas favoritas, pero creo que no eran mucho de colaborar. Me vienen a la mente Los Piratas, aquellos increíbles últimos discos que cambiaron mi visión de la música en castellano. Y sobre todo el disco Relax, que me encantó. Esa hubiera sido una colaboración guay.
(NTEI) En el actual panorama nacional es cada vez más habitual encontrar bandas que practican la autoedición-gestión, etc. ¿Os sentís parte de esa ola? ¿Hubiera existido Rufus hace 20 años?
(VC) Sí, claro. Absolutamente. No hemos tenido otra opción y es lo que nos ha tocado. Me hubiera encantado que en el primer año nos hubiera cogido una discográfica increíble y nos hubiera dicho «os doy 100.000€ para grabar el disco»; pero no pasó. Y tuvimos que pagárnoslos nosotros. Al final, como nunca pasaba…, seguíamos pagándonoslos nosotros; y de repente le hemos cogido el gusto y ahora estamos muy orgullosos de esta pequeña empresa que hemos creado con Rufus. Ahora es cierto que sí que hay gente interesada, pero ahora a quienes no les interesa es a nosotros. Es un camino difícil, pero a la vez recorres un camino propio, y es muy bonito. Pero sobre todo lo importante es que se puede seguir sacando discos y canciones; y si no te lo hace nadie, pues háztelo tú.
Es un camino muy guay, y es increíble que hoy en día la gente que queremos dedicarnos a la música tengamos esa oportunidad, porque antes era imposible. Ahora puedes grabar tú en tu casa con un ordenador, y puedes hacer cosas increíbles sin apenas gastarte dinero. Todo eso da pie a desarrollar mucho talento.
(NTEI) ¿Vivís ahora mismo de la música?
(VC) No, cada uno tenemos nuestros trabajos, y tenemos que compaginarlo entre todos. Pero ahora mismo lo bueno es que el grupo es rentable, es decir, ya no perdemos dinero cada vez que tocamos (risas), y ya no tenemos que poner dinero para pagar un local, porque el grupo se autofinancia. Seguramente el próximo disco no tengamos que pagarlo porque ya el grupo habrá conseguido un fondo para poder costearlo. Realmente es un milagro lo que está pasando, y casi ningún grupo de este país está en esta situación de que pueda autofinanciarse; pero de ahí a que cada miembro de la banda cobre 1000€ al mes nos queda muchísimo.
(NTEI) Para aquellas personas que no os hayan visto nunca en directo ¿qué se van a encontrar el sábado 6 de abril en el teatro de Lloseta?
(VC) En estos últimos conciertos de la gira de ‘Loto’ estamos tocando los dos discos enteros; estamos despidiéndonos de toda esta etapa, que ha estado muy basada en la psicodelia, en el rock de finales de los ’60 y principios de los ’70, y todo mezclado con sonidos muy actuales, medio electrónicos. Intentamos crear un show muy evocador, con luces, etc. El objetivo es siempre que la gente se olvide de dónde está y qué está viendo y se meta dentro de sí mismo, que es lo que yo sentía muchas veces cuando veía algunos vídeos antiguos de Pink Floyd.
(NTEI) Una de las cosas que más nos han llamado la atención las veces que os hemos visto en directo es lo juntos que tocáis uno de otro ¿es premeditado para centrar la atención del público o simplemente os sentís así más arropados y os quitáis la vergüenza?
(VC) Eso es simplemente porque estamos más cómodos; así es como ensayamos en el local, solo que yo en lugar de mirar al público miraría hacia mis compañeros. Estamos muy acostumbrados a tocar de esa manera, a sentirnos cerca, poder mirarnos y escucharnos los unos a los otros; al final, evidentemente escuchar a tus compañeros eso algo muy importante cuando tocas en una banda. Eso en los escenarios grandes, estando a 5 ó 6 metros de tus compañeros, es muy difícil de hacer y a mí me parece muy impersonal. Se nos ocurrió un día hacerlo de este modo, nos gustaba. Al principio había gente que nos decía… «pero ocupad más espacio…», pero al final se ha convertido como en una especie de seña característica y estamos contentos de haber tomado esa decisión. Encima nos ha hecho tocar mejor, así que todo es para bien.
(NTEI) Para terminar las entrevistas siempre pedimos una recomendación.
(VC) Pues os recomiendo el disco Exposición de Calavera, un grupo de Zaragoza que ahora mismo es de mis grupos favoritos y que hacen una música muy bonita. Es el típico grupo que no entiendo cómo no son más conocidos, por su talento. Espero que esto que nos ha pasado a nosotros les pase también a ellos, como mínimo. La canción que os recomiendo se llama «Esqueletos».
Entrevista realizada por Carlos Fernández y Natxo del Valle.
Fotografías de Six Producciones.