Corría el año 1984 cuando apareció en la escena de Deià un tal Ollie Halsall, músico británico, virtuoso de la guitarra, personaje bohemio y romántico, que siguiendo el rumbo mediterráneo de otros artistas se instaló en la isla donde colaboró estrechamente con Kevin Ayers, su alma gemela musical, con quien ya había grabado abundantes elepés incluyendo el memorable »1 june 1974», que recogió la actuación conjunta de Ayers, John Cale, Nico y Brian Eno.
Nacido en Southport, en los alrededores de Liverpool, Halsall formó parte de la escena musical británica durante los años sesenta y setenta. Su fluidez con la guitarra y el dominio del vibráfono y los instrumentos de teclado convirtieron a este músico ambidiestro en uno de los más codiciados durante esta época, sin embargo nunca llegó a obtener el reconocimiento merecido y es curioso pensar que probablemente uno de los trabajos más famosos de Halsall es el que realizó para el exitoso álbum paródico de The Beatles, » The Rutles» (1978).
Escapando de la ruidosa Londres y tal vez en busca de aquello que Robert Wyatt definió como »las ventajas de la vida bohemia», Ollie se instaló en España desde donde emprendería una larga lista de colaboraciones. En directo se le pudo ver con Radio Futura, Ramoncín, Rey Lui, Antonio Flores y otros muchos, no obstante, una vez más este guitarrista único quedaría en la sombra. Un “genio maldito” cuyo destino le depararía un triste final. En 1992 Ollie Halsall aparecería muerto de sobredosis con tan solo 43 años poniendo fin a una prolífica carrera que sin embargo no es un reflejo sincero de este gran músico que volaba a considerable altura.