Un año más, y como no podía ser de otra manera, Notodoesindie, después de un cónclave extraordinario del que mejor no trascender nada más, publica los que a su (dudoso) juicio podrían ser los mejores discos del ya pasado 2018. Como advertencia, diremos que no nos hacemos responsables de las opiniones, en este caso elecciones, de nuestros colaboradores. Ya se sabe que en esto de los gustos, los hay mejores y los hay peores. Pero en todo caso son como los culos… Todos tenemos el nuestro.
Sin más dilación…, preparen sus látigos…, agárrense a sillas de agarrar… Este es nuestro top 20 de los mejores discos internacionales de 2018. ¡Salud y beban mucho! (que así la digestión será mejor…)
20. JEFF TWEEDY, «WARM»
19. BELLE AND SEBASTIAN, «HOW TO SOLVE OUR HUMAN PROBLEMS»
18. THE PRODIGY, «NO TOURIST»
17. PARCELS, «PARCELS»
16. SUEDE, «THE BLUE HOUR»
15. BIG RED MACHINE, «BIG RED MACHINE»
14. KACEY MUSGRAVES, «GOLDEN HOUR»
13. RHYE, «BLOOD»
12. KHRUANGBIN, «CON TODO EL MUNDO»
11. ANDERSON .PAAK, «OXNARD»
10. KALI UCHIS, «IDOLATION»
9. BEACH HOUSE, «7»
Siete discos es una cifra lo suficientemente importante como para reivindicarla en el propio nombre del disco con el que alcanzan dicha cifra. Y aún tiene más mérito si al alcanzar dicha cifra llegan con su momento de más éxito y en plena inspiración creativa como muestran en cada lanzamiento. La propuesta de Beach House lo mismo funciona para bailar (suavemente) que para degustar una copa de vino en una puesta de sol. Un disco de electrónica con alma perfecto para degustar suavemente. “Dream pop” es una etiqueta muy peligrosa, los sueños pueden estar muy cerca del bostezo, para nada es el caso de lo que hace este dúo pues en momentos de máxima ensoñación aparecen guitarras o sintetizadores que elevan suavemente el ritmo y enriquecen la escucha.
8. KENDRICK LAMAR, «BLACK PANTHER SOUNDTRACK»
7. CONNAN MOCKASIN, «JASSBUSTERS»
Connan Mockasin se gusta a sí mismo y exhibe sin pudor su excentricidad (juro haber llegado a escuchar hasta el estridente sonido de un globo cuando se fuerza su boquilla para sacar el aire). En Jassbusters, su tercer disco, reconocemos a Connan por su tan característico uso, casi obsesivo, del flanger. Pop suave, sinuoso, con algún detalle soul y de R&B. A ratos su voz nos recuerda al del Michael Jackson más suave y su música a las canciones pasionales de Prince. La realidad es que Mockasin va ganando álbum a álbum en coherencia pero este disco exige aún más al oyente. Es de esos discos que alcanzan la plenitud si se escucha con calma, luz tenue y a poder ser con una copa de vino. Ahora sírvete otra copa y vuélvelo a poner.
6. MGMT, «LITTLE DARK AGE»
Teníamos ganas de que los estadounidenses se cascaran un disco así. Con «Oracular Spectacular» creímos estar ante una de las bandas que más darían que hablar en los años siguientes… pero no fue así. En «Congratulations» se alejaron del sonido esperado y no ha sido hasta este «Little Dark Age» en que nos encontramos con la banda que hace más de 10 años intuimos. Pop electrónico a la altura de la época de esplendor de Pet Shop Boys; y es que «Little Dark Age» es de esos álbumes en el que casi cualquier canción podría ser un single. Ahora sí…
5. THE GOOD THE BAD AND THE QUEEN, «MERRIE LAND»
Pocos artistas procedentes de una gran banda de éxito logran volver a triunfar en un segundo proyecto al nivel de su primera etapa. Pues Damon Albarn lo logró con Gorillaz, proyecto iniciado en un receso de Blur. Tal logro debe dar la tranquilidad de saber que puedes permitirte el meter la pata y tener crédito para emprender lo que te venga en gana… más o menos así debió ser el inicio de este proyecto con el que sacó disco en 2007 rodeado de artistas de primer nivel (el bajista de The Clash, Paul Simonon, el guitarrista de The Verve, Simon Tong, y el baterista africano, Tony Allen). El resultado recibió críticas muy positivas pero tal cual apareció se desvaneció y no ha tenido continuidad hasta este año. Por sorpresa y apenas unos meses después del último disco de Gorillaz, Albarn se juntó con sus amigos y han vuelto a lograr un disco sobresaliente. Elegancia es la palabra que mejor define lo que hacen Albarn y compañía. Once medios tiempos en un disco que suena a clásico desde la primera escucha y lo hace entreteniendo, con coros a capella, fragmentos que suenan a jam session, vientos y cuerdas que parecen sacados de cine de época, Albarn cantando en plan crooner, divirtiéndose más que gustándose y eso hace que la fórmula funcione. Ojalá que no tenga que pasar tanto tiempo en regalarnos la próxima colección de canciones bajo este proyecto.
4. KURT VILE, «BOTTLE IT IN»
Kurt Vile y Courtney Barnett nos brindaron uno de los discos de 2017 para esta casa. En 2018, aunque por separado, los dos han vuelto a hacerlo. En Bottle It In, encontramos a un Kurt Vile que no se pone barreras. Un disco largo, muy largo, formado por canciones repetitivas de las que le encantan al americano y, con todo esto, delicioso. Con algunas de las mejores canciones que Kurt Vile ha firmado en los últimos años, este álbum no ha dejado de sonar en la “redacción” desde que salió a la luz
3. AGAINST ALL LOGIC, «2012-2017»
Estamos ante una de las grandes propuestas electrónicas de este 2018. Detrás de A.A.L se encuentra ni más ni menos que Nicolas Jaar. El disco cuenta con 11 tracks que destilan elegancia. El título del álbum no le ha dado demasiados quebraderos de cabeza al autor pero nos sirve para decir que se trata de un compilado de temas que el dj chileno ha ido componiendo durante esta época y tal vez no terminaba de encontrarles el lugar en ninguno de sus proyectos; eso hace que el disco parezca por momentos inconexo, sin embargo son tantos los destellos que poco importa. Si todo esto tal vez en algún momento fueron descartes suerte que ahora hayan visto la luz.
2. ARCTIC MONKEYS, «TRANQUILITY BASE HOTEL & CASINO»
De los «monos árticos» se han dicho tantas cosas… Pero sin duda este último disco será el que marque un antes y un después de su carrera, por el ostentoso alejamiento de aquellos jóvenes monos que todos conocimos hace ya más de un lustro. Con un Alex Turner más cerca del crooner tradicional que de una cantante de rock (aunque siempre esa actitud desafiante), Tranquility Base Hotel & Casino es básicamente un disco hecho a su medida. Con la totalidad de las letras firmadas por él mismo, es disco tan desconcertante como interesante. Y sobre todo es admirable en su riesgo estético; una obra más que notable.
1. COURTNEY BARNETT, «TELL ME HOW YOU REALLY FEEL»
La asutraliana, con tan solo dos LPs como solista (además de la fructífera colaboración con el otro cantautor del momento, Kurt Vile) se ha hecho con un nombre dentro del circuito más independiente de este nuevo country-folk emergente. Tell me how you really feel es fruto de un desbloqueo mental que la autora sufrió fruto del éxito sobrevenido con su primer trabajo. Afortunadamente para todos, sus letras vuelven a brillar, esta vez escritas con una vieja máquina de escribir que le regaló un amigo, abordando sobre todos sus propios sentimientos y la dificultad para relacionarse en general ahora que es una artista conocida internacionalmente. Un número 1 que probablemente el tiempo avalará.