Rememoramos un festival que marcó una época en los setenta, cuando todo el litoral español era un hervidero de música, drogas, alcohol y, cómo no, amor en torrente. En esta época que proliferan tantos festivales está bien recordar a los pioneros. Por ejemplo el Selva Rock, nuestro Woodstock mallorquín, que al igual que otros festivales como el Canet Rock marcaron una época. La primera edición tuvo lugar en el año 1977. Allí empieza a forjarse la leyenda que dura hasta el 83. Durante esos años se convirtió en una cita ineludible de modernidad y rebeldía.
Cuando a finales de los setenta tímidamente asomaban los primeros festivales rock de gran dimensión aparecen once amigos de Selva, escenario de este festival de rock campero, y así comienzan a escribir su historia. La primera edición fue en el 77 con una Selva muy expectante por lo que suponía y con nombres como el catalán Sisa, Mirasol Orquesta y otros. Fue una explosión de aire fresco, hippies, libertad… Fue un triunfo y el principio de una leyenda.
Durante esas ediciones también pasaron Joan Bibiloni junto el polkie Pepe Milán, Miguel Ríos, Pau Riba, Camel, Dr Feelgood o Elisa Serna entre otros… Todo ello en un marco incomparable, en Serra Nord. Allí cada uno de los asistentes vivió infinidad de anécdotas… Aún recuerdo el trayecto de noche en moto de Palma hasta Selva, fue demasiado…
Tras varias ediciones de suerte desigual llegó el último año, en el 83, fue la debacle definitiva, un caos, la muerte del Selva que ahora podría retornar, aunque yo pienso que mejor dejarlo así. Probablemente recuperar su espíritu, que alguna vez se ha intentado repetir, es harto complicado descontextualizado de su época. Fue algo importante, el Woodstock mallorquín nunca se olvidará por eso creo que no es necesario repetirlo. Mejor no menearlo.
El recuerdo imborrable de lo que fue aquel soplo de libertad viendo aquellos grupos y si era preciso trepando por la tapia del campo de fútbol y disfrutando del momento. Todo eso es algo que los jóvenes fuimos transmitiendo de generación en generación aunque cambiaron los gustos y cada vez más se prestaba más atención a todo aquello que venía de Reino Unido.
En cualquier caso fue un festival pionero y cuya memoria vale la pena no dejar perder. Descanse en paz Selva Rock… nunca olvidaremos aquellos veranos de experimentos, amores y paz y seguiremos contándolo a las nuevas generaciones.
Imágenes cedidas por Mallorca Nochentas
