El de Manchester, que vive a caballo entre su ciudad natal y Palma, el año pasado facturó un álbum excelente, Broken Flowers. Y tendremos la suerte de disfrutarlo en directo, con banda, en nuestra capital palmesana, en el que será su primer concierto en España (Sábado 6 de Octubre, Teatre Xesc Forteza). Degustando los caldos y viandas de nuestro anfitrión Irra Villares, hablamos con el mancuniano para saber algo más de su pasado, presente y futuro…
Para aquellos que no te conocen, ¿cómo te presentarías?
Bueno, tengo 43 años… ¿habéis visto la serie Wild Wild Country, sobre los rajnishes? La razón por la que sabía de la existencia de este tipo, Osho, el líder, es porque trabajé con John Leckie, el productor de The Bends de Radiohead, el primero de Stone Roses y antes de eso un montón del álbumes de XTC, Magazine, The Fall… Empezó con 16 años en Abbey Road como técnico de grabación, trabajó con John Lennon, George Harrison, Pink Floyd… Toda una leyenda. Pues bien, se unió a los rajnishes, estuvo allí en Oregon. Así que cuando vi el documental lo primero que hice fue escribirle ‘John, ¿lo has visto?’ (risas). No le gusta hablar del tema. Al menos no tuvo nada que ver con el asunto del envenenamiento. Pues bien, los rajnishes tenían una especie de ejercicio para presentarse a sí mismos. Estás en una habitación con 200 personas y cada 5 minutos suena una campana y cambia el turno para presentarse. Tienes que estar ahí metido 24 horas, bebiendo sólo té, sin tomar nada más. Tras las primeras 4 ó 5 veces que te presentas, viene un cambio y es muy curioso lo que uno dice sobre sí mismo después de 12 horas tomando sólo té. Al final vas al grano porque dices las cosas verdaderamente importantes muy rápido, y lo haces porque has practicado durante 24 horas. Así que para presentarme a mí mismo tenemos que esperar 24 horas (risas). Todo lo que puedo decir a los lectores es que, por favor, escuchen el álbum. La vida no es lo importante, la música sí.
Manchester, los 90’s, Stone Roses…
Sí, vino en el momento perfecto, fue como una revelación porque en esa época vivía con cuatro amigos y estábamos obsesionados con los Rolling Stones, que para nosotros eran lo más, pero entonces empiezan a aparecer todos estos grupos, gente que conoces, como ‘¡eh, conozco al amigo de John Squire!’, te sentías muy cercano a todo ello. Ahora miras atrás y dices, fue alucinante… pero en aquel momento fue como algo normal.
¿Cuándo empezaste en una banda?
La gente con la que salía estaba en bandas. En 1992, tenía 16 años y empecé como roadie de The Ya Ya’s, otro grupo también fanático de los Rolling Stones. El mejor trabajo del mundo, no tenía que hacer nada salvo beber cerveza y afinar guitarras. Es entonces cuando conocimos a Oasis, surgió una amistad entre bandas, se apoyaron mutuamente y dieron bolos juntos. Lo curioso es que en aquellos tiempos en Manchester a todo el mundo le gustaba la música de baile, íbamos a tomar algo al Hacienda o a cualquier otro club y éramos los raritos porque nos gustaban las guitarras.
¿Es entonces cuando entras en Proud Mary?
No, eso fue como 5 años después, en el 98. Antes estuve en diferentes bandas. Después sí, algunos miembros de The Ya Ya’s montaron Proud Mary y me uní a ellos. Estuvo bien, giramos por el Reino Unido pero la cosa no acababa de funcionar, así que ‘Spot’ (Paul Newsome, el guitarra) y yo cogimos nuestras mochilas y nos fuimos 6 meses a Vietnam y Camboya. Era la época pre-internet, los emails estaban empezando, así que si un día recibíamos 5 correos electrónicos, alucinábamos. Un día llegó uno de un amigo, dentro estaba una entrevista de la revista Mojo a Noel Gallagher. El sello Creation acababa de cerrar y Gallagher decía que iba a lanzar su propio sello discográfico. Y cosas como ‘voy a fichar a Black Rebel Motorcycle Club’, sólo porque le gustaba el nombre de la banda -ni los había oído- (risas). Y también que iba a fichar a Proud Mary porque sonaban como los Rolling Stones de la etapa Let It Bleed. Así que este fue el email que recibimos estando en Camboya y dijimos ‘bueno, la cosa se pone interesante…”
Efectivamente Proud Mary fue el primer fichaje del sello de Noel Gallagher. Eso supuso mucha atención por parte de la prensa y giras con grandes nombres…
Sí, Neil Young, Ryan Adams, Paul Weller… Fue todo un poco raro porque éramos una banda muy nueva y deberíamos haber ido más despacio, hacer un tour, luego otro, crecer de una manera más natural. Un concierto en un pub de Glasgow ante 200 personas, muy animado, gran bolo, todo perfecto. Al día siguiente teloneros de Neil Young, que es genial pero el salto es demasiado grande, una progresión antinatural. O teloneros de Ryan Adams -5 veces- para después volver a hacer tus propios conciertos. Esto era Proud Mary, una montaña rusa.
Cuéntanos alguna anécdota de aquellos tiempos…
Bueno, Neil Young es muy grande, un auténtico héroe. Se mantenía más distante. Pero con los Crazy Horse fue increíble. Recuerdo que estábamos tomando cervezas, ellos con sus gorras de béisbol puestas y Ralf Molina diciéndonos “Tíos, nosotros nos hacemos viejos, tenéis que mantener la llama, ¡TENEIS QUE MANTENER LA LLAMA! (risas). Otro momento es cuando acabamos la gira, hubo una fiesta aquella noche y acabamos bastante perjudicados. Apenas llevábamos una hora durmiendo cuando nuestro manager llamó a la puerta diciendo “venga, tenemos que irnos, estamos en escenario en una hora”. “¿Cómo dices? Ayer era nuestro último concierto”. Pero no lo era. Nos quedaba Donington Park, un festival de un día con Black Crowes de cabezas de cartel, 50.000 personas. Y éramos la primera banda, abríamos a las 12 del mediodía. Tenemos un video, todos con las gafas de sol, aquello era parecía un jodido Woodstock… Pero bueno, tienes 25, estás en una banda, es lo típico supongo, nos creíamos que éramos los Faces, rollo Rod Stewart bebiendo vodka con naranja…
Estuviste en Proud Mary hasta…
Bueno, todo se vino abajo, la compañía discográfica desapareció de un bombazo. Así que sin dinero para grabar y todo este tipo de cosas, empezamos a discutir y desintegrarnos. Todavía somos amigos, ‘Spot’ estuvo viviendo en Pollensa. Pero en aquel momento pensé, “está bien, me voy”. Así que me fui e intenté montar otra banda. En mi cabeza siempre estaba el sueño de los Rolling Stones, pero entonces un día todo se va a la mierda y te das cuenta que tienes 36 y no eres Keith Richards. Nunca podré serlo, ¿qué voy a hacer? Finalmente lo entendí y es cuando todo empieza…
Tienes una voz grave bastante poderosa pero te llevó mucho tiempo sentirte seguro cantando, ¿lo habías hecho antes?
Greg era el cantante en Proud Mary, yo hacía los coros. Pero sí, es como cuando estás en el coche cantando y nunca puedes subir tanto como Paul McCartney. El caso es que siempre estaba escribiendo este tipo de canciones rock and roll, llenas de energía. No hacía más que engañarme a mí mismo, peleando por ser alguien que no era, hasta que comprendí que necesitaba un cambio de dirección total. Cada persona tiene sus herramientas y tiene que ser ella misma. Pero a veces lleva tiempo, muchos años en mi caso, darse cuenta de ello.
Empiezas en solitario y publicas tu primer trabajo, Stations, en 2013…
Todavía me gusta Stations, pero creo que lo hicimos demasiado deprisa. Una especie de Hazlo-Tú-Mismo, ideas muy rápidas. Es lo que es, no puedes cambiarlo, aunque hay algunas canciones buenas -una o dos-, lo escucho ahora y sí, está sin pulir.
2015, Strange News From The Sun, tu segundo álbum. La revista Uncut dijo que eras la respuesta de Manchester a Richard Hawley…
Cada álbum te va formando, así que cogí todas las cosas que pensaba Stations podría haber sido y nos tomamos nuestro tiempo para darle un sonido y una producción mucho más grande. Richard Hawley fue una gran influencia para esta manera de cantar, me encanta Hawley, Cole’s Corner, su voz grave, las canciones, la producción, es rock and roll, es todo. Le he visto muchas veces, es un músico top. Y le entrevisté cuando trabajaba en la radio, es el mayor blasfemo del planeta, ni una sola frase que no contenga cinco tacos. Y sí, éste fue mi comienzo en este estilo, como una balada, como el estilo de canción de Scott Walker.
Además de Scott Walker, te comparan con Lee Hazzlewood…
Sí, por alguna razón hubo un momento en que estaba en todos sitios, no sé si a razón de una reedición, pero el caso es que me obsesioné con él y durante dos años estuve escuchando todo lo que hizo. Es una especie de ídolo freak muy singular, el tipo raro definitivo, con ese bigote y su voz grave.
Para escribir tu tercer álbum, Broken Flowers, te fuiste a la India y, a tenor de las letras, pasabas por un momento difícil. Hacerlo, ¿fue una especie de curación?
No, no fue experiencia catártica. En realidad fue lo opuesto, era como recordármelo a mí mismo cada día. Pero la verdad es que disfruté escribiendo estas canciones lentas y deprimentes. Fue un periodo creativo divertido pero para nada supuso una ayuda. Eso sí, me mantuvo ocupado, fue genial pasar 3 meses y medio en la India, trabajando 6-7 horas diarias y luego saliendo por ahí.
En Broken Flowers el sonido es incluso más grande, ¿eres el único responsable de ello?
No, no, me gustaría dejar muy claro que el productor –Mason Neely– y yo trabajamos juntos. No soy ningún fan de los ordenadores, pero él es un genio. Y muy bueno aportando ideas. Pensamos en lo que queremos hacer y lo pone en marcha de inmediato. Es una relación estupenda, una interacción muy creativa.
Hablamos de Proud Mary y la repercusión que tuvo firmar con Gallagher. Ahora estás en un pequeño sello independiente, ¿cómo de difícil es conseguir la atención de los medios?
Muy difícil. Estoy en Wonderfulsound, lo lleva Miles Copeland, que también es mi manager. Tenemos los mismos objetivos, que son sacar el disco y conseguir que el mayor número posible de gente lo escuche. Internet es bueno para esto, aunque también es la muerte para la industria.
La única manera es hacer directos…
Sí. Y el problema es que los álbumes suenan muy grandes y no quiero traer a la mitad de la banda y quedarme en un directo a medias. Quiero que suene igual, pero esto cuesta dinero. Así que tengo este dilema.
Tras Broken Flowers vienes a Mallorca…
Sí, no puedo soportar el invierno inglés, demasiado frío y oscuro. Conocía Mallorca y me encanta, viví aquí 9 meses en 2010. Así que esa es la idea, pasar aquí los inviernos y cuando la isla se masifica, de vuelta a Manchester.
¿Cómo es tu relación con los músicos locales?
Buena. Cuando vine aquí necesitaba una banda. Fue Luis de Benito, de Radio 3, quien me puso en contacto con José Domingo. Un gran tipo, conectamos de inmediato. Es amigo de Púter y el resto de Satellites, así que acabé ensayando con ellos. Unos tíos estupendos. Me encanta Jordi Herrera, es muy intuitivo, cuando tocamos sabe al instante lo que hay que hacer.
¿Cuáles son tus planes para el futuro?
Estoy grabando un nuevo álbum, que será muy diferente. No puedo crecer más en cuanto a sonido, así que éste será una cosa más sencilla, aunque con cuerdas. Una especia de Lee Hazzlewood cantando a Neil Young. Ahora mismo está al 70%, Nick McCabe de The Verve toca en un par de temas. Me gusta mucho cómo está quedando.
Nev Cottee actuará -de la mano de Rudy Sessions- el próximo Sábado 6 de Octubre a las 20:30h en el Teatro Xesc Forteza. Su banda está formada por:
Chris Hillman – guitar & pedal Steel
Blair Murray – Drums
David Murray – Bass
Deimante – Keyboards
Venta de entradas online en https://www.flowte.me/storefront/?v=582&lan=cat