Pasado el ecuador del verano, el placer sigue empujándonos a abrazar el botellín de cerveza y a mantener esa calma contemplativa tan saludable. Pero como casi todo lo sublime, la duración es intensa pero cortita. Como esta Playlist en la que sus protagonistas arrojan luz melódica sobre nuestros inescrutables caminos. Caminos que, a su vez, están predeciblemente abocados a volver a la puta oficina.
¡Show me the way, sista, y guárdame un lugar en el cielo!