Dos años han pasado desde que Escorpio publicara su primera referencia discográfica. Single en vinilo de 7”, segunda referencia de Espora Records y que contenía los temas: “Sé Veloz” y “Escorpio”. Todo este tiempo ha servido para rodar el proyecto en varias actuaciones tanto en Mallorca como en la península, acabar de pulir los temas y finalmente grabar en los Estudios Favela su álbum de debut: Renacidos (Dead Moon Records, 2017) publicado únicamente en formato digital y en disco de vinilo con diseño de Rafael Joan.
Toni Cobretti (guitarra, voz y teclado) es un diamante en bruto que ha sabido controlarse en el sucio negocio de la música, ¿qué por qué digo esto? Hay que recordar que su otro proyecto The Last Dandies lo tenía todo de cara para triunfar. Pero tras la explosión inicial, Cobretti decidió no prostituirse, todo lo contrario, involucionó y encontró coherencia para con su interior. Mañana (Primeros Pasitos, 2015), último disco de The Last Dandies, vió la luz (la oscuridad realmente) rompiendo casi por completo con los anteriores Ep’s dando un paso de gigante en madurez, personalidad, riesgo, experimentación… Casi al mismo tiempo apareció el single del que hemos hablado al inicio y claro, dos años más tarde Cobretti renace.
Si cogemos lo mejor de la movida madrileña (Parálisis Permanente, Derribos Arias y poco más), de la propia movida mallorquina (Forats Negres, Furnish Time) y lo mezclamos con algo de post-punk (Joy Division o incluso Toy) tal vez sea algo parecido a Escorpio. Pero tal vez solo es mi paja mental. El proyecto tiene la suficiente vida propia como para ser inclasificable en estilos preestablecidos. Las ideas de Cobretti se desarrollan y alimentan gracias a una rítmica incansable y potente. Letras con la abstracción justa para destrozar nuestras acomodadas seseras. Existen grandes dosis de oscuridad, aunque a veces despista el hecho de sentir hordas de placer angelical y violencia a partes iguales. Pero uno también siente cierto amor (puede que uno esté enfermo) y éste es producido por la música de Escorpio, sin duda. Y es que si hay algo que no se puede esconder es el amor que desprenden los tres músicos. Amor por lo real, por lo auténtico, por lo obsesivo, por los ácidos… amor por la música.
Nueve piezas que encajan a la perfección y que forman un álbum de los que no falta ni sobra nada. Un disco que nace para ser un clásico.