Disco cada dos años, hasta el 2013 cuando se publica Kulturkatzenjammer, espera de tres años y en este 2016 dos discos casi seguidos. ¿Cúal es la razón de este ritmo de estrenos?
Dos años me parece un intervalo ideal entre discos. Nunca dejo de escribir canciones, pero de esta forma tengo un año de transición en el que puedo repetir patrones del disco anterior mientras aprendo cosas distintas –o eso quiero creer- y otro año del que saco casi todo el material nuevo. Entre Kulturkatzenjammer y estos dos discos sucedieron muchas cosas en mi vida –incluido un disco-libro con Hovik Keuchkerian (Resiliente, 2014), que probablemente fue más complicado de hacer que ninguno de los de Pajaro Sunrise, y la traducción de El Sonido y la Perfección, de Greg Milner-; las canciones estaban ahí pero no encontraba el momento o la motivación para reunirlas en un disco –una parte de lo que acabó siendo «Oh My»-. Hice Kulturkatzenjammer prácticamente yo solo y, después de Resiliente, supongo que necesitaba un descanso de grabaciones y que pasase algo más de tiempo.
Pajaro Sunrise ha tocado desde el Folk puro hasta la electrónica más exquisita, crees que este es tu disco más POP en el sentido más amplio de la palabra?
Creo que los dos primeros discos, sobre todo el primero, ya eran muy pop; en realidad, quizá Old Goodbyes sea la única excepción. En cualquier caso, The Collapse es un álbum muy de guitarras. Y guitarras de Bart Davenport, que es una enciclopedia andante del pop. Puedo entender la pregunta.
A pesar que la música transmite alegría y optimismo, algunas letras son muy agridulces, el título del disco tiene que ver con algún tipo de colapso personal?
Tiene que ver sobre todo con un colapso personal, sí, pero también con una especie de sensación pre-apocalíptica que está muy presente en el ambiente durante los últimos años. Recuerdo haber hablado de esto con Bart en el viaje de vuelta y a él diciendo que probablemente cada época ha tenido que vivir con esa sensación, no sólo la nuestra. En parte estoy de acuerdo, pero son tiempos raros estos y, fantasía o no, se diría que ya no dan mucho más de sí.
En este disco trabajas mano a mano con Bart Davenport, cómo ha sido la experiencia?
Soy (muy) fan de Bart desde el Bart Davenport / Bart Davenport y recuerdo haber pasado otra época personal bastante difícil casi exclusivamente a base de su Palaces: sólo el hecho de que estuviese dispuesto a participar en este disco ya fue un alegrón. Nos habíamos conocido en Madrid unos años antes pero nunca habíamos hecho nada juntos, así que ninguno de los podía saber qué iba a salir de todo aquello. Y lo cierto es que cuando llegó el momento fue todo facilísimo: él es un encanto de tipo y tenemos bastante terreno común musicalmente; fueron dos semanas increíbles de grabar, ver atardeceres en la playa, comer estupendamente –gracias, Nini- y reírnos mucho. No sé cómo será la grabación del próximo disco, pero va a ser difícil que la disfrute más.
Háblanos del equipo de lujo que te acompaña; Charlie Bautista, Javier Jiménez, Shawn Lee…
De Shawn conocía sus producciones y algunos vídeo suyos en YouTube, pero no a él personalmente. Al montar la banda nos encontramos con que el batería propuesto por Bart estaba girando con José González durante esos días y no había ninguna otra forma de organizar el calendario de grabación. Shawn ya había hecho algunos conciertos con Incarnations –como bajista- y además puede tocar prácticamente cualquier instrumento. De hecho, si no fue la primera opción seguramente se deba a que no creíamos que estuviese disponible (o interesado). Pero dijo que sí sin dudarlo y ahora me alegro mucho del conflicto de agendas que nos lo trajo: el disco sería muy distinto sin él.
Charlie ha grabado teclados en prácticamente todos los discos de PS y para mí gusto es uno de los mejores músicos de las Españas. Y viendo el número de discos en los que graba y el número de grupos con los que toca, parece ser una opinión bastante extendida. También hay mucho de él en The Collapse.
Javi y yo llevamos tocando juntos desde la gira de Done/Undone –podéis escuchar algunas versiones increíbles que graba como «Noble Beast» en su SoundCloud-, casi siempre el violín y últimamente también guitarras. Aunque en este disco ha grabado sólo en unas pocas canciones, ha sido un apoyo enorme durante todo el proceso y probablemente conozca el disco tan bien como yo –o mejor, muchas veces-. Agradecimiento infinito.
De momento tienes cerrados tres conciertos; Madrid, Barcelona y Coruña. No te prodigas mucho en directo, ¿esta gira la tienes pensada organizar con banda o en solitario?
Las presentaciones han sido con banda y después habrá un poco de todo: algunos conciertos a principios de año los haré yo solo o con Javi y en primavera habrá más conciertos con el grupo entero. Desde el verano he estado tocando bastante y espero seguir así una buena temporada: había dejado los directos prácticamente de lado porque necesitaba recuperarle el gusto y la pausa ha funcionado a la perfección.
En Palma tenemos muchas ganas de verte y hay un festival que te vendría perfecto, el Summer Pie, donde han actuado gente como: Rayland Baxter, Julie Dorion, Cuff The Duke, The Parson Red Heads, ¿podemos soñar con verte algún día?
¡Ojalá!, ¿dónde se apunta uno?
Me comentaba un amigo de León que tuvo la suerte de verte en un directo en acústico que le llamó mucho la atención como temas electrónicos o con muchos arreglos sonaban de maravilla sólo con una guitarra. ¿Es tu forma primigenia de componer, una guitarra acústica a la que le vas añadiendo capas de sonidos y diferentes texturas?
De hecho a menudo sucede al revés: escribo las canciones usando bases electrónicas y luego busco la manera de adaptarlas a la guitarra o al piano. Estoy acostumbrado a tocar cualquier canción de cualquier manera y creo que ésa es una de las cosas que más me divierte hacer en directo. Los conciertos con Javi se prestan estupendamente para eso: llevamos siete años tocando juntos y podemos permitirnos tocar sin pensar y hacer cosas nuevas cada vez. Sería muy aburrido tener que hacer siempre lo mismo.
Has dado conciertos por Europa y Asia con una excelente acogida, ¿crees que, debido al eterno complejo español, si hubieses sido un músico americano o inglés serías más reconocido en España?
La verdad es que no tengo ni idea. Quizá cantase en español o en francés y me ocurriría exactamente lo mismo. En todo caso, no puedo quejarme de reconocimiento y en Madrid y Barcelona hemos tocado con las salas llenas. Poco a poco vamos teniendo más público y quiero creer que con un poco de persistencia llegaremos a tener al menos el suficiente como para poder girar más a menudo. Creo que con eso me conformo.
¿Alguna vez has pensado en cantar en castellano?
Lo cierto es que grabé un disco en castellano en 2004 como parte del paso fugaz de V2 por España. Había escrito las canciones a toda prisa el verano anterior a la grabación y me faltaba mucha práctica, así que vistas ahora la mayoría me suenan bastante ingenuas, pero me sirvió para entrar por primera vez en un estudio grande y para aprender una barbaridad de todo aquello –la banda fue Jairo Zavala, Javier Vacas, Javier Gómez y el productor, Dani Alcover-. También aprendí que no quería volver a saber nada de multinacionales y que estaba más cómodo tocando la música que tocaba hasta entonces. Seguí escribiendo canciones en castellano durante un tiempo para intentar sacarme la espina con otro disco que me gustase más, pero poco después empezamos con PS y acabé dejándolo abandonado. Últimamente pienso en ello de vez en cuando, pero me sigue gustando viajar a sitios extraños y las letras en inglés me han pagado los billetes de avión hasta ahora. En algún momento llegará, supongo, pero no por ahora.
Siempre has estado vinculado al sello madrileño Lovemonk, has tenido la oportunidad de firmar por una multinacional o es una posibilidad que no valoras?
Pasé por una multinacional con el disco del que hablaba antes y, al menos entonces, no me gustó especialmente. No veo a ninguna multi interesándose por mí ahora mismo y tampoco me veo fuera de Lovemonk mientras les queden ganas de publicar discos: quizá no tengan muchos medios –y tampoco me quejo-, pero ponen un cariño enorme en todo lo que hacen y me apoyan en cada locura que se me ocurre. ¿Dónde iba a estar mejor?
En el otro disco que has publicado este año «Oh My(Lost Songs 2006-2016)» nos das alguna pista de tus influencias musicales, ¿qué está escuchando ultimamente Yuri?
Según mi perfil de Last.fm los últimos tres meses han sido para Nils Frahm, Ólafur Arnalds, Ghost Culture (discazo), Franco Battiato y Sonny and the Sunsets, por ese orden. En este tiempo también he pasado una época de adicción intensa a la electrónica africana de los ‘70/’80 (William Onyeabor, Francis Bebey) y, en la época en la que grabamos The Collapse aún estaba superando otra enganchada de tamaño mediano con John Maus, Connan Mockasin y Ariel Pink. La lista no se acaba nunca.
Ilustración: Diego Ingold (@DiegoIngold)