Carney y Auerbach comenzaron produciendo sus propios discos desde sótanos; tuvieron su primer lanzamiento comercial con el álbum Brothers (2010). El tema «Tighten up» lograría ser el single de mayor éxito manteniéndose durante más de 10 semanas consecutivas en el Alternative Group Chart.
Pero será El Camino, su séptimo álbum de estudio el que consolidará a la banda de blues de sótano y garage como una de las bandas más representativas del garage-folk-rock americano.
El álbum contribuye no sólo a retomar, sino también a rejuvenecer, el viejo glam de los años setenta. Un intento por permanecer fiel al monovolumen que protagoniza la portada del disco.
Esta es la tercera reunión de los Black Keys – después de 2008 Attack & Release y una pista de Brothers – con Danger Mouse, también conocido como Brian Burton. Desde ese momento, la banda se convertirá esencialmente en un trío, con Burton como coproductor y co-escritor en todas partes. Su brillantez aúna detalles desde pop clásico hasta a escala cinematográfica. Es un años sesenta garajero bubblegum pop con mayúsculas, con una arrogancia propia del mismísimo T. Rex y una guitarra que refleja perfectamente las letras.
El single ‘Lonely Boy’ funciona de la misma manera; puesto en marcha en bucle con el riff de guitarra cuya última nota se desliza hacia abajo como una plataforma giratoria que alguien mantiene sin poder parar. A continuación, un teclado con una capa azucarada extra, junto con lo que suena como un coro chico-chica, cambiando el árido traqueteo en un seductor despropósito.
Carney y Auerbach siguen encontrando nuevas maneras de fabricar ese ruido que ya venía ocasionando la vieja escuela de blues-rock: son tipos cotidianos suficientemente inteligentes como para salir del mood de sus propias canciones. Al igual que Clark Kent o de Peter Parker, sus debilidades sólo parecen mejorar sus superpoderes.