Hay algo extraño que me sucede. Verás, cada vez que empieza un anuncio, al minuto cero soy capaz de reconocer si se trata de un anuncio de colonia. Es tan rápido, claro y fulminante que he llegado a esta conclusión: tengo un don. O un súper poder, todavía no sé cuál de los dos. Y hoy quiero compartir ese don con el mundo.
¿Cómo puedes reconocer cuándo el anuncio que ves se trata de un anuncio de colonia?
- Escucharás susurros en francés.
- La música será esponjosa e inocua, como de ese lugar que está a medias de nada, como de limbo. En otras ocasiones puede ser operística y grandiosa, rozando los delirios de grandeza.
- Los colores del anuncio serán dorados, o pastel. Si es colonia for men probablemente el anuncio será en blanco y negro.
- Aparecerá mucho lujo, o algunas ninfas, o mujeres descafeinadas, también en color pastel, con vestidos siempre vaporosos y largos, y terminarás preguntándote aquello de «¿A qué huelen las cosas que no huelen?» En caso de que la fragancia sea for men, aparecerá alguna tía buenorra conduciendo algún vehículo desde una larga distancia para llegar a la puerta del macho en cuestión con las intenciones de tirárselo in situ, ya que no puede más desde que lo ha olido.
- Se dará una coherencia de trama bastante dudosa y vacua, se querrá contar algo flotante que no llega a ninguna parte, o bien la promesa de amores tórridos bajo las olas.
En definitiva, que los anuncios de perfume apestan.
Pero este no es el caso del anuncio que ha roto las reglas y se ha hecho viral este 2016. Kenzo ha decidido romper esa norma estética hecha a golpe de clichés con un pedazo de spot del que lo menos que se puede decir es que sorprende. Que no sé si es muy buen anuncio en el fondo, porque en lugar de ir a comprar, lo que te dan ganas es de saltar del sofá y… que a partir de ahí ocurra cualquier cosa.
Ya se intentó otros años, lo de transgredir. Estuvo aquel anuncio que abría con la frase:
En un mundo lleno de dictados y convencionalismos, ¿podría existir otro camino?”
En él Julia Roberts, acompañada del “Beautiful days” de Venus, observa a todos los asistentes al cotarro de turno manejados como marionetas por sus hilos de diamantes. Y mirándose al espejo, decide romper sus cadenas. Solo que lo hace con un gesto medido y glamouroso, una sonrisa impecable y envuelta en filtros ópticos, vaya a ser que el comprador se altere.
O como aquel otro en que Natalie Portman escapa de su propia boda mandando a la mierda los deseos de papá con el “Piece of my heart” de Janis Joplin sonando de fondo. Pero eso sí, con un vestido negro de fondo de armario correctísimo, un súper dulce “Sorry dad”, y subiéndose al helicóptero en una escalera voladora con pétalos de rosa cayendo sobre ella. El tono onírico, de ultra lujo lejano y filtrado no abandona las filmaciones. ¿Será quizá porque se quiere vender algo efímero e intocable, un olor? ¿Y acaso no sabemos que los olores son, de entre lo sensorial, lo más fuerte, instintivo y penetrante? Junto con la música, ambos son los que de un modo más rápido y directo afectan a nuestros sentidos y estimulan nuestra memoria, nuestros recuerdos. Las asociaciones con el sentido del olfato son muy potentes en nuestro cerebro. Por esto encuentro mil veces más acertado el nuevo spot de Kenzo para presentar una fragancia.
Fuerte, auténtica, enloquecida, sublime, salvaje danza la de Margaret Qualley. Liberadora. Esta vez sí plasmadora de la locura de las normas sociales que nos atan, espejo del lado instintivo que quiere aflorar y expresarse en nosotros. Deseo inherente al ser humano de romper con los clichés y la hipocresía. La desinhibición total de la actriz y bailarina logra transmitir escalofríos y fuerza, tocar ese interruptor interno donde el deseo es el de saltar y ser igualmente libres con ella. Sus muecas y espasmos corporales, ese brazo y esa pierna incontrolables que se le escapan, que se mueven como independientes de su cuerpo y a los que intenta domar pero no puede. Vamos, que consigue expresar claramente lo que a mí me dan ganas de hacer cuando, al minuto cero, descubro que están echando por la tele otro puñetero anuncio de colonia.
El spot, protagonizado por la actriz y bailarina, no solo encuentra la potencia en su danza. Bajo la coreografía de Ryan Heffington, está sustentado por la canción “My mutant brain” de Sam Spiegel y Ape Drums que sin duda le otorga gran parte de la fuerza y exalta la explosiva coreografía. El director es Spike Jonze, conocido por su particular estilo en filmes como “Her”, “Cómo ser John Malcovich” y “Donde viven los monstruos”. Ha dirigido también en videoclips a Björk, JAY Z y Kanye West. Inspirado precisamente en el videoclip que ya dirigió para el tema “Weapon of choice” de Fatboy Slim, con Christopher Walken como protagonista y con la misma idea de saltarse las normas sociales establecidas, en aquel no consigue sin embargo transmitir la fuerza tan desatada y brutal lograda por Margaret Qualley, aderezada con efectos especiales como el láser o la cámara invisible en las escaleras llenas de espejos.
Ha sido considerado el mejor anuncio del año. En menos de cinco días logró casi un millón de visitas en You tube, convirtiéndose en poquísimo tiempo en viral. Dime una cosa, ¿has visto este anuncio en la tele? Porque yo, no. Una lástima. Estaría encantada de equivocarme por completo al verlo y no saber qué es lo que están pretendiendo que compre esta vez. Pero eso sí, quedándome totalmente hipnotizada ante esta auténtica y salvaje danza.
bravo , DIANA , BRAVO.