Hace unos días estuve con uno de mis peques en el Festival de Minimúsica de Palma viendo la sesión en que pinchaba Guille Milkyway. Allí hablando con un conocido que sabe mucho de música me comentaba que le parece uno de los grandes genios de nuestro pop y no siempre suficientemente reivindicado. No pude estar más de acuerdo y por eso hoy me he decidido recuperar esta gran obra.
No tengo el bagaje suficiente para poder llegar a hablar de todas las referencias de las que se nutre ese disco pero eso no quita que reconozca que es mucho más que una obra de pop fácil. “Tan simple como el amor” es más complejo que lo que su título dice. Es cierto que sus melodías entran muy bien a la primera, pero en cada canción descubres un mimo cuidado de cada detalle, dobles sentidos y multitud de referencias pop en las letras: los In-crowd, Barry White, Jeff Line, Stereolab, Chris Montez, Los Gritos, Billy Joel, Ben Folds Five… es toda una iniciación teórica y práctica al pop.
Estamos ante una colección de canciones llenas de arreglos pero que se aguantan aún sin ellos. Descubrí a La Casa Azul con “Galletas” en un recopilatorio de Elefant pero me enganché a su carrera en la presentación de este disco en la Fnac de Barcelona. Guille solo con un teclado defendiendo sus canciones sin florituras. Por aquella época aún decía aquello que como los chicos de La Casa Azul no podían salir a tocar lo hacía él por ellos… Tenía hasta el concepto más que cuidado. Sus letras, sus canciones y sobre todo su carisma hicieron que cayéramos rendidos y nos compráramos el CD en ese mismo instante y prestáramos atención a todos sus movimientos musicales.
“Superguay” fue el single por excelencia, pero casi todos los temas tenían potencial para serlo, “El secreto de Jeff Line”, “Quiero parar”, “Vamos a volar”… Cuesta destacar un tema por encima de los demás.
Cantando por igual al amor y al desamor. Tan entrañable cuando habla de esas relaciones ilusionantes en “Siempre brilla el sol” o “En noches como la de hoy”; como ácido y punzante cuando le canta a las rupturas, “C’est fini” es una de los mejores temas compuestos sobre el final de una pareja, en “Prefiero bailar” se atreve a recrear una bronca chico y chica con reproches a dos voces saliendo más que airado, y la rajada que le suelta a la supuesta ex en “Como un fan” seguro que ha servido de terapia a más de un corazón despechado.
Todo ello con un tono casi ñoño que hace que muchos detractores no vean más allá, a ellos les dedica el tema escondido “Preferimos soñar” al final del CD mandando su personal recadito: “no nos van a parar, son otros los que suben y luego se caen”. Y es que el mérito de Guille es moverse en esa delgada línea que lleva a lo cursi, la traspasa en “Cambia tu vida” y se queda a las puertas del exceso de azúcar en “Por si alguna vez te vas”. Sin embargo es sincero, totalmente creíble, está hecho con tanto gusto que te atrapa. Entiendo al que no le guste, pero es todo un disfrute para el que sí entra en su juego y entre tanto buen rollo aparente aprecia esos momentos de soledad e inseguridades como en “Aunque parezca lo mejor”, o incluso la desesperación máxima que lleva a arrastrarse al protagonista de “El sol no brillará nunca más”.
Uno de los mejores álbumes dedicados al amor de nuestro pop, mirando de frente a “Un soplo en el corazón” de Family. Un amor casi juvenil, apenas en la fase de enamoramiento y ruptura despechada pero que cobra más credibilidad al ver como evoluciona en la obra posterior de Guille a la vez que lo hace su momento vital.
¿Exagero? Puede ser, pero es lo que pienso.
[…] pequeña, algunas actuales… y otras no tanto. Desgranamos el disco de 2003 de La Casa Azul Tan Simple Como el Amor. Le dimos vueltas a las novedades de la web y a la actualidad musical y como siempre un buen […]