Envidia sana es cuando te mueres por no tener algo pero lo disfrutas como si fuera tuyo. Y hoy he tenido la mayor de las envidias sanas del mundo.
Con Yoyo Banana estuve tocando unos meses. Dejé la banda porque creía en ellos. Era el más débil de sus eslabones.
Pues bien, a una hora muy buena, y enmarcado en la fiesta Redbeerfest, en Porreres, la plaza del pueblo, tras el Sr. Anderson DJ, aparecían los Yoyo Banana. El público que se congregaba no era especialmente numeroso. Yoyo Banana son un grupo de reciente creación, por lo que tienen muchos seguidores que aún no saben que lo son. Y, creedme, es así.
Nuevos no quiere decir sin experiencia. Se suben a un escenario y saben de qué va ésto. Ni un ápice de nerviosismo ni de inexperiencia. Paso firme sobre los escalones que llevan al escenario. Mirando al público de frente y sin agacharse.
Encarando portería con ganas de ganar. No hay miedo escénico. Se creen lo que hacen porque saben que lo hacen bien. No dan pasos en falso y tocan lo auténtico. Sus canciones son suyas y son verdaderas.
Te los crees porque es inevitable. No son unos embusteros. No hay imposturas. Tocan bien y tienen buenas canciones. Estudian el beneficio de la canción por encima del bien individual. Y en estos tiempos de estrellas y virtuosos no es fácil.
En un mundillo, el indie, en el que muchas veces sólo cambia el nombre del grupo (porque todo suena parecido), en que las posturitas son más importantes que la canción, en que el gueto musical es cerrado, amurallado e infranqueable, aparecen ellos.
Es indie, es pop, hay algo de electrónica, suenan guitarreros, tienen un punto de glamour… Y suena especial. Por lo menos a mí me lo parece. Cierto, no soy objetivo 100%. Ni yo, ni nadie. Pero invito a todos a que les deis una oportunidad.
Jesús canta, interpreta, posa. Es genio, figura y postura.
Toni a los teclados es el piloto de la nave. Da gas cuando quiere, cambia la velocidad del bolo. Es magia y saber estar.
Josep… juventud, potencia, pero templanza de veterano. Ni un golpe fuera de sitio.
Marcos es el guitarra que da todas las notas perfectas. Fino y seguro, como decía el anuncio de compresas. Difícil sitio para un guitarra en una banda de este estilo, salvado de manera excelente.
Juanan. La difícil tarea del bajista que sabe estar donde no hay que estar que hace lo que hay que hacer para beneficiar el resultado, que se nota pero no destaca. Con presencia pero no protagonismo.
Ellos se juntan y lo hacen posible.
No paran entre canción y canción sin necesidad. No hacen política ni tonterías. Tienen estudiada la dinámica de las canciones y el repertorio está organizado como un protocolo. No hay fisuras.
Da gusto verles.
Pronto muchos de vosotros estaréis haciendo cola para verlos. Apuesto mi pasta a ellos.
Pero, siempre hay que poner un pero: les faltaron metros de escenario. Creo en ellos para llenar escenarios grandes. Equipos potentes. Públicos numerosísimos. Y, cómo no, de cabeza de cartel.
Este verano les veremos en muchos sitios, en donde están rodando el que presentarán como su primer disco, que es una joyita. Y la máquina no para porque ya tienen temas nuevos.
Bienvenidos, Yoyo Banana.
Os tengo envidia sana.