El pasado 16 de julio se celebró en la pequeña localidad de Vilafranca de Bonany la segunda edición del Mélon Fest, un festival modesto pero que entre las propuestas siempre consigue ofrecer algunas perlas como los imprescindibles Guadalupe Plata y los garajeros Come Animal de este año o Disco Las Palmeras y Les Sueques del año pasado. Hay que ser sinceros, acudí al festival al último momento y sin intención de escribir una crónica, pero desde Notodoesindie creemos que merece la pena hablar de lo que sucedió en varios aspectos de la noche. Aspectos musicales, gastronómicos y técnicos.
Llegamos al recinto tal vez a las 20:30 – 21:00, cerveza en mano y tras un vistazo inicial decidimos cenar antes de que empiece lo bueno. Hay tres food trucks (tan de moda por cierto) y hay que dar la enhorabuena en este aspecto. Diferentes comidas que aunque no dejan de ser comida rápida, son tres propuestas diferentes y a un precio más que razonable. Otro aspecto es que la venta de tiquets para comida y bebida funciona con mucha fluidez al igual que la recogida de ambas. Aunque puede que no sea de lo más importante, creo que es esencial el ofrecer rapidez (con unos mínimos de calidad) para poder disfrutar de la música sin perder demasiado tiempo.
Todavía con una salchicha en la boca y con el jugo resbalándome (mentes enfermas) empieza uno de los grupos que servidor quiere ver primordialmente. Hablo de los Come Animal que poco a poco congregan a un buen número de asistentes y que se comen el escenario. Garaje rock de alto voltaje, guitarrazos agresivos que provocan el desmenuce de los cerebros asistentes. Tremenda la energía que desprenden y que se contagia al instante. Los de Palma tienen publicados dos Ep’s, si no los tenéis, ya estáis tardando.
Bastante puntual empieza el trío Guadalupe Plata y desde el primer segundo empiezan a moverse los cuerpos de los asistentes gracias al endemoniado blues pantanoso y arrastrado. No deja de sorprenderme el éxito de los de Úbeda. Estamos hablando de una música que no entra en los paradigmas de lo habitual, pero que tiene algo que hipnotiza y deja a todos enganchados. Algunos amigos que no los habían escuchado nunca me comentan que han disfrutado de lo lindo, tanto por la veracidad que ofrecen como por el deleite que sienten al verlos tocar con tal profesionalismo. “Jesús está llorando”, “Calle 24” o “Milana” son algunos de los temas que desgranan y en directo son absolutamente demoledores. Tremendos. Un concierto excelente de principio a fin.
Llega el turno de Sidonie. Para un servidor, un grupo importante en sus primeros discos hasta llegar a Costa Azul. A partir de ahí, y aunque lo he intentado en no pocas ocasiones, los catalanes no consiguen penetrarme y he abandonando toda esperanza. Dicho esto, estaba casi seguro que en concierto montarían un show como acostumbran y efectivamente es así. A grito de “Que pasa motherfuckers” salen al escenario y hacen un repaso a su discografía aunque (lamentablemente) abandonando sus dos perlas en inglés. Aún así, el grupo sabe exactamente como hacer que todo funcione y se mete al público en el bolsillo… a mí incluido. La descarga de alegría y buen rollo conecta perfectamente e incluso el viaje se hace corto. Un concierto vibrante y efectivo. Aunque queda el regusto de que Sidonie ofrecen más espectáculo que calidad musical (no confundir con calidad técnica)
Después del repaso musical (lo siento, por cuestiones personales no pude ver más actuaciones), hay que hablar del gran problema técnico que arrastró el festival. Hablamos de la mezcla de sonidos en relación a los tres escenarios (situados en línea). Y es que si uno no se situaba justo enfrente del escenario y en las primeras filas, se podía escuchar perfectamente lo que sucedía en otros escenarios y claro, hablamos de una mezcla explosiva. Al ser un festival musical, entendemos que es un problema de gran dimensión y hemos preguntado a la organización al respecto:
- Fue el comentario de la noche. Al sonar los escenarios simultáneamente, la música se mezclaba de manera exagerada por lo que era una sensación molesta. Únicamente si uno se situaba justo enfrente del escenario y en las primeras filas, podía disfrutar casi al completo y aún así, había algún momento de mezcla. ¿Qué tiene que decir la organización sobre este tema tan importante?
- Éramos conscientes de este problema. El año pasado los escenarios se colocaron de otra manera y lo que ocurrió es que los monitores de los músicos se molestaban entre escenarios. Este año, al colocar los escenarios en línea en el medio del campo el problema se ha agravado… hay que tener en cuenta que un campo de fútbol es un espacio abierto y diáfano, por lo que no hay ninguna separación natural… otra posibilidad que se barajó fue la de colocar los escenarios a lo largo de la banda, pero al ser un campo de fútbol, había el problema de que aunque hubiera mucha gente, dar sensación de vacío. Reconocemos que ha sido un error, al igual que ha sido un error el contar con tres técnicos de sonido de tres empresas diferentes… había momentos en los que parecía que competían para ver quien tenía el sonido más alto… obviamente no vamos a repetir el error para el próximo año. O bien cambiaremos nuevamente la orientación de los escenarios o cambiaremos el lugar de celebración del Melón Fest.
- Marc Ros de Sidonie, lanzó una crítica directa “El Melón Fest es un festival majo, aunque tiene una serie de fallos que todo el mundo sabe…” ¿Molestó a la organización este comentario lanzado en medio del concierto?».
- No nos molestó en absoluto… además Sidonie son amigos… cualquiera es libre de decir lo que quiera, faltaría más… es más, desde la organización decidimos que durante el concierto de Sidonie no actuara nadie en el escenario del centro. Ningún problema con ellos.
- Nos han comentado que han enviado multitud de mensajes pidiendo explicaciones a la organización via facebook y nadie ha recibido respuesta. ¿Por qué hay este silencio?
- En ningún momento nos estamos escondiendo ni estamos teniendo un silencio… realmente no ha habido ningún mensaje directo, sí que han habido comentarios en redes sociales pero no hemos visto adecuado crear un debate ya que no es nuestra forma de trabajar. Nos vamos a pronunciar formalmente a través de un comunicado oficial en el que haremos balance de lo que ha sido el Melon Fest, evidentemente hablaremos de los problemas técnicos, pero también del balance positivo del festival… parece que todo se resume a problemas técnicos… también hemos recibido mensajes de apoyo y de gratitud hacia el festival. En definitiva, no nos escondemos, estamos evaluando todos los aspectos para poder publicar el comunicado oficial.
- ¿Cuál es el balance final que mantiene la organización en este aspecto?
- Un poco lo que decía anteriormente. Publicaremos un comunicado oficial. A rasgos generales ha sido un festival en el que hemos alcanzado (y sobrepasado) nuestros objetivos. Hemos superado la barrera de las tres mil personas. Lo que tenemos claro es que seguiremos apostando por la calidad musical, al fin y al cabo es por lo que queremos que nos identifiquen. Intentando traer a bandas del ámbito nacional e internacional y claro, solucionar los problemas técnicos.
Sentimos no poder hablar de más grupos interesantes como No Room, The Nawers, Las Bistecs… o de la carpa electrónica, donde por cierto congregó a muchísimo público a partir de las 00:00. Y es que no lo olvidemos, estamos hablando de 3.000 personas. No es baladí ni mucho menos. Hay que hablar de éxito de público y de creación de ambiente, que aunque se comentaba el tema de la mezcla de sonidos, mayoritariamente la gente se lo pasó en grande con las propuestas del Mélon.
Sabemos que montar un festival de música es un trabajo organizativo enorme, que hay incontables horas detrás, que hay muchísima gente implicada y que existe el riesgo de que finalmente acuda menos gente de la esperada y se pierda dinero. Por lo que felicitamos a la organización por el esfuerzo, pero también entendemos que si hay algún error (todos los cometemos, faltaría más) hay que hablar de ello para poder mejorar para futuras ediciones.
Texto ©Jesús Mateu Rosselló, 2016
Fotografías ©Lluís Terrassa Mas, 2016
A ver…
Una cosa son unos problemillas de sonido y otro lo que se vivió en el Melon… Es un poco feo, por llamarlo suavemente, pagar 20 eurazos en puerta, pensando en contribuir con una buena propuesta, y encontrarte con tal apaño y sin nada de beber para pasar el mal trago..
Empresas diferentes en cada escenario, técnicos quemadíssimos intentando ganar a la PA de al lado… Pfff… Joder, con el cartelazo que hubo y las ganas que le tenía…
Mientras tocaba Guadalupe Plata por ejemplo, ni en el punto de mayor presión sonora dejabas de escuchar la música electrónica (y eso que era el escenario más lejano). Los solos del grupo de al lado se mezclavan entre la dinámica que tiene el grupo…
Y lo del monitoraje… Al «ingeniero» que se le ocurrió la distribución y que dice que se anulaba así el problema entre monitores… Dudo yo que se paseara por los escenarios. Y menos que haya habldo después con alguno de los músicos que tocaron.
Personalmente fue una gran decepción. A las dos canciones de Guadalupe me fui asqueado… E igual con Sidonie. Se ve que si son muy colegas de la organización, puesto que fueron los únicos que consiguieron que nadie tocara en el escenario de al lado. Pese a esto, el techno retumbava entre sus acordes…
¿Y ese comunicado oficial? ¿Se piensan que la gente es gilipollas? !Que pase el tiempo a ver si la gente se olvida de lo cutres que sois! El año pasado ya sucedió lo mismo y os habéis pasado por el forro las críticas y las quejas de lo que debería ser la parte más importante para vosotros: El Público.
Claro que la gente es gilipollas. el año que viene pondrán seis escenarios, tres y tres, uno enfrente de otro y con 100 metros de distancia cada uno y en el centro la gente, le llamarán el Tutti Frutti Melonfest y vendrán por lo menos 5000 personas.