David Bowie, como artista polifacético e inclasificable y su presencia y capacidad innatas para satisfacer a la cámara, hicieron que su carrera como actor también fuera notoria.
Sus primeros pasos como actor enigmático y fantasmagórico fueron en “The Image” (1967), corto en blanco y negro y ópera prima del director y guionista Michael Amstrong. En ella se aprecia cómo la obra persigue al artista, una obra encarnada en un misterioso y advenedizo Bowie. Una obra que intenta acabar con su creador en un halo de misterio y solitaria enajenación.
A partir de éste se fueron sucediendo las apariciones en el celuloide, como “Theatre 625: The Pistol Shot” (1968), “The Virgin Soldiers” (1969), “Pierrot in Turquoise or The Looking Glass Murders” (1970), “The Man Who Fell to Earth” (1976), “Just a Gigolo” (1978), “Christiane F.”(1981), “Baal” (1982), “The Snowman” (1982), “The Hunger” (1983), “Merry Christmas, Mr. Lawrence” (1983), “Yellowbeard” (1983), “Jazzin’ for Blue Jean” (1984), “Into the Night” (1985), “Abslute Beginners” (1986), “Labyrinth” (1986), “The last Temptation of Christ” (1988), “The linguine Incident” (1991), “Dream On_ The Second Greatest Story Ever Told” (1991), “Twin Peaks: Fire Walk with me” (1992), “Full Stretch: Ivory Tower” (1993), “Basquiat” (1996), “Il mio West o Gunsliger’s Revenge” (1998), “B.U.S.T.E.D o Everybody Loves Sunshine” (1998), “Omikron: The Nomad Soul” (1999), “Mr. Rice’s Secret” (2000), “The Hunger” (1999-2000), “Empty” (2000), “Zoolander” (2001), “Nathan Barley” (2005), “Extras: David Bowie” (2005), “The Prestige” (2006), “Arthur and the Invisibles” (2006), “SpongeBob Squarepants: Atlantis SquarePantis” (2007), “August” (2008) y “Bandslam” (2009).
De entre dichas apariciones destacamos “Labyrinth”, de Jim Henson, en la que Bowie encarna a un sexy Rey Goblin que nos ha hecho vibrar a jóvenes y no tan jóvenes con su Magic Dance.
También destacaremos su Andy Warhol particular en “Basquiat”, de Julian Schnabel, director entre otras de “Antes de que anochezca”, protagonizada por un Javier Bardem totalmente metido en la piel del poeta Reinaldo Arenas. Un Warhol tan enigmático como solamente sabe sacarlo Bowie.
Y cómo no, su actuación como Nikola Tesla en “Prestige”, de Christopher Nolan. El mismo Nolan afirmó que no podría ver a otra persona en el rol de Tesla, y tenía razón.
En resumidas cuentas todos los personajes de Bowie en el film se han definido como personajes míticos, con carácter y algunos de ellos rozando la caricatura e incluso la parodia, pero con un carácter especial que sólo Bowie sabía aportar. Personajes mágicos llenos de pensamiento interno y de conflictos, ninguno de ellos plano o predictible, sino más bien complejos e irreverentes. Un ejemplo más de que Bowie fue un artista indefinido que volcaba toda su esencia creativa en cada obra que representaba/creaba.
Echaremos de menos un personaje tan especial, un artista tan ambiguo y a la vez tan esencialmente imprescindible. Porque ya no existen criaturas como él, siempre nos quedará realizar un repaso a su filmografía, para perdernos en el susurro de su eterna sensualidad.